José Andrés Murillo se apresura en aclarar que prefiere emitir su opinión como director de la Fundación para la Confianza en lugar de como víctima de Fernando Karadima.
Una petición que realiza en medio del revuelo que ha causado la petición de perdón del Papa Francisco por los abusos a menores cometidos por miembros de la Iglesia.
"El Papa tiene hoy todo el poder disponible y tiene toda la responsabilidad del mundo para detener hoy mismo el abuso sexual infantil en la Iglesia, para sacar a todos los sacerdotes sobre los cuales hay una sospecha de que pueden haber abusado sexualmente de un niño, de una niña, de un adolescente", señala a T13.cl
Murillo agrega que el Pontífice "también tiene el deber, y el poder suficiente para remover a todos los obispos sobre los cuales haya al menos una sospecha de que hayan encubierto activa o pasivamente una abuso sexual infantil dentro del contexto de la iglesia". Uno de ellos, el obispo de Osorno, Juan Barros, que es sindicado como encubridor de los abusos de Karadima y que ha sido objeto de varias protestas en las últimas horas y que ha generado polémica por su participación en la misa del Pontífice en el Parque O'Higgins.
"Si no lo hace, es porque no quiere hacerlo, y entonces los perdones, sus lágrimas y su dolor, no sirven si no viene con las acciones correlativas a este dolor. Las palabras creo que ya no son suficientes. Hoy día son las acciones", remata.
El director de la Fundación para la Confianza enfatiza que "todas las organizaciones que trabajan en el tema estamos todos de acuerdo en que sin acciones concretas, las palabras no valen nada. Los jesuitas dicen siempre: el amor está puesto en las obras. Si no está puesto en las obras, no vale nada".
Quien también se refirió a los dichos del Papa fue Juan Carlos Cruz. El también denunciante de Karadima pidió gestos concretos y afirmó: "Lo recibo como lo que es, un titular vacío".
