Desde la entrada en vigencia de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), se realizaron un total de 2.313 abortos en Chile que cumplían con alguna de las tres causales estipuladas en la normativa: Inviabilidad fetal, riesgo materno y violación.

Según consigna La Tercera con datos del Departamento de Estadísticas e Información de Salud, la causa más común para interrumpir el embarazo es la inviabilidad fetal, con 1.135 casos. La siguen el riesgo materno con 713, y la causal de violación con 465

En el informe también se señala que el 83% de las mujeres que tenga un embarazo y cumpla con algunas de las causales, se realiza un aborto. Todos ellos, dentro de uno de los 70 establecimientos adaptados y autorizados para ese tipo de procedimientos. 

¿Qué pasa con el aborto en las menores de edad?

La Ley Nº 21.030, que apareció en el Diario Oficial el 23 de septiembre de 2017, explicita que “la mujer deberá manifestar en forma expresa, previa y por escrito su voluntad” para efectivamente interrumpir su periodo de gestación.

Inlcuso, existe un protocolo especial para las menores de edad y específicamente uno para menores de 14 años. 

En esos contextos, la norma exige la autorización de un representante legal de la menor. Si ese permiso es denegado, la joven/niña (asistida por alguien del equipo de salud), podrá concurrir a la intervención de un juez para la constatación de una de las causales. El tribunal tiene un plazo máximo de 48 horas para resolver la solicitud. 

En el escenario de las niñas y jóvenes que se sometieron a interrupción del embarazo, de un total de 155 casos, 130 fueron por la causal de violación. 

Tal como explicó al citado medio la directora del departamento de Filosofía de la Universidad de Santiago, Diana Aurenque, “se debe tener la completa convicción de que se cuenta con el consentimiento de la menor y no que (el aborto) ocurra por obligación de terceros, sea la familia, médicos o amigos. Lo mismo en caso de que la menor desee no abortar".

"Lo fundamental es siempre eso: detectar que la menor entiende lo que le ocurrió, que esté recibiendo suficiente acompañamiento psicoemocional y apoyo de su familia, y constatar que ha ponderado las opciones y ha tomado la decisión de forma racional. Sin duda, deben estar acompañadas de un asesoramiento plural, no solo médico o religioso, sino también de la sociedad civil, de organismos de mujeres, entre otros”, cerró.

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