La Corte de Apelaciones de Santiago rechazó el recurso presentado por la defensa y confirmó la sentencia que culpa a Mireya Sepúlveda por abuso sexual y producción de material pornográfico infantil.
Sepúlveda es madre de Bastián Bravo, adolescente que fue reportado desaparecido y encontrado muerto en 2013.
La mujer tendrá una condena de 3 años y un día de libertad vigilada por los actos de significación sexual en su hija cometidos en diferentes oportunidades y 541 días de cárcel por la producción de material, justificado con el hallazgo de un set de 16 fotografías con contenido sexual de la menor.
Además de la acreditación de dichos delitos por los que la Fiscalía Centro Norte acusó a la imputada, Mireya perdió todos los derechos sobre su hija, quedando prohibido el contacto entre ellas.
Luego de hacer efectiva la condena, se contempla la sujeción de la imputada a la vigilancia de Gendarmería por los 10 años posteriores y se le prohíbe de por vida realizar actividades vinculadas a menores de edad.
Cabe recordar que la investigación se inició en 2013, luego de que la PDI, en medio de las diligencias destinadas a resolver la desaparición de Bastián Bravo, hiciera un hallazgo casual de imágenes sexuales de la niña al interior del computador de la familia.