El asesor del Papa Francisco en materia de abusos sexuales y cardenal clave del Vaticano, Sean O'Malley aseguró que es "comprensible" la molestia y frustración de las víctimas de abusos sexuales por parte de ministros de la Iglesia luego que el Pontífice respaldara durante su visita a Chile al obispo de Osorno, Juan Barros, quien es sindicado como el principal encubridor de Fernando Karadima.
A través de un comunicado, el religioso de la Iglesia de Boston tomó distancia de los dichos del Papa Francisco, quien había afirmado durante su paso por Iquique que "mientras no se entreguen pruebas contra él [Juan Barros]", no dudaría de su palabra, y que todo lo que hay hasta ahora "sólo son calumnias".
Ante esto, O'Malley afirmó que "es comprensible que los dichos del Papa Francisco sean fuente de gran dolor para todos los sobrevivientes de abusos sexuales por parte del clero. Son palabras que refuerzan el mensaje “si no puedes probar tus dichos, nadie te creerá”, abandonando a aquellos que han sufrido las condenables violaciones a la dignidad humana y relegado a los sobrevivientes al exilio del descrédito".
"No estando involucrado personalmente en los casos que se trataron, no puedo asegurar por qué el Santo Padre escogió esas particulares palabras para referirse a los hechos. Por lo que sé, el Papa Francisco reconoce las atroces fallas cometidas por la Iglesia y su clero, quienes han abusado de niños, además del devastador impacto que esos crímenes han tenido en los sobrevivientes y en sus seres queridos", continúa la carta, aludiendo a la contradicción del Pontífice quien días antes había pedido perdón por todos los casos de abuso sexual.
"Mi preocupación y oraciones estarán siempre con los sobrevivientes y sus seres queridos. Nunca podremos deshacer el sufrimiento que experimentaron o sanar completamente su dolor. En algunos casos debemos aceptar que incluso nuestros esfuerzos por ofrecer ayuda pueden ser una fuente de angustia para los sobrevivientes y que debemos orar por ellos, mientras que les brindamos todo el apoyo necesario como nuestra obligación moral".
Por último, el cardenal O'Malley afirmó que "permaneceré dedicado al trabajo de sanar a todos aquellos que han sido dañados y vigilaré que sea posible resguardar la seguridad de los niños en la comunidad de la Iglesia para que estos crímenes nunca vuelva a ocurrir”.