"Todo esto partió cuando mi hijo Benjamín tenía ocho años. De un día para otro, empezó a tener mucho vómito y fiebre. No tenía fuerzas y eso a nosotros, como familia, nos asustaba. Pasamos por varios hospitales y clínicas, y ninguno me podía dar un diagnóstico como correspondía, hasta que finalmente en el Hospital Regional de Concepción, le hicieron una resonancia y confirmaron que tenía un tumor", contó Jaqueline (54) a T13.cl. 

Benjamín es un niño de Coronel, en la región del Bíobio, que recibió su diagnóstico el 2018. Específiciamente, tenía una meduloblastoma grado IV, que, en este caso, significaba untumor ubicado en el cerebro. Su condición, además de los síntomas ya mencionados, afectaba sus destrezas motoras. 

Este es uno de los tantos casos de niños que tienen que lidiar con esta enfermedad en Chile. Según el Registro Nacional de Cáncer Infantil (RENCI), el cáncer se posiciona como la segunda causa de muerte en los grupos de edad de 5 a 9 años y de 10 a 14 años, luego de las defunciones por causas externas. Incluso, el cáncer en niños y niñas, ha aumentado. En el periodo 2007-2011, había 480 casos nuevos anuales, mientras que en el periodo 2012-2016 se llegó al promedio de de 516 casos. 

Según Jaqueline, el médico que los atendió aseguró que, teniendo en cuenta el grave diagnóstico, "no había vuelta atrás y que había poco tiempo". Sin embargo, no se rindieron. Todos en la familia se pusieron a buscar alternativas para tratarlo, hasta que una de las tías de Benjamín llegó por Internet a la Clínica Recell, especialistas en inmunoterapia personalizada.

Este es un tratamiento que, según Recell, tiene una efectividad inmunológica en un 70-80% de los pacientes. Se realiza con una vacuna Oncovix que consiste en aislar células desde la sangre y programarlas para que puedan combatir el cáncer, concentradas luego en una vacuna para cada paciente. Es efectiva para tumor sólido que incluye carcinoma (cáncer de mama, gástrico, colón, vesícula biliar, hepático, renal, testicular, ovárico, ginecológico, piel, próstata, páncreas, pulmón y otros), gliomas, sarcoma, melanoma, linfomas no hodgkin, entre otros y Leucemias.

"No había tiempo. Investigamos y decidimos pagar el tratamiento, y la verdad es que la experiencia ha sido muy buena. Es un proceso largo, porque va de a poquito, pero no genera consecuencias. Yo veía a otros niños en el hospital que no podían aguantar la quimioterapia o la radioterapia, porque todo eso es muy invasivo. A nosotros la inmunoterapia nos sirvió", contó Jaqueline. 

Benjamín estuvo dos años con el tratamiento a partir del 2018 hasta que llegó la pandemia del COVID-19. Era mucho riesgo seguir yendo a la clínica, pero las personas de Recell nunca los dejaron solos. De hecho, para Jaqueline, uno de los factores más importantes de la terapia fue que todo el cariño y la preocupación del personal de la clínica. 

Actualmente, Benjamín tiene 12 años y está en el colegio con clases presenciales. Juega con sus compañeros, y a pesar de tener conciencia de que debe cuidarse un poco más que el resto, tras los resultados positivos con la inmunoterapia, ha podido tener un desarrollo normal. 

"A mi parecer, se debería incluir la inmunoterapia en la Ley del Cáncer, porque igual tiene un costo caro y no todas las personas tienen para pagar este tratamiento, que es tan bueno. Nosotros tuvimos que hacer un esfuerzo", dijo Jaqueline. 

"Hay personas que me llaman de todas partes preguntándome sobre el caso de Benjamín y su tratamiento. De Perú, de Argentina, todos quieren saber y yo soy feliz informando y ayudando. Me gustaría decirle a las personas que están pasando por esta situación, que no dejen de buscar tratamientos, que no dejen de intentarlo. También que, si pueden, se comuniquen con la clínica porque los médicos van a orientarlos con todas sus dudas", finalizó. 

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