El decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, Dávor Harasic, conversó este domingo en Mesa Central y abordó la denominada “ola feminista” que se comenzó a gestar al interior de su plantel estudiantil, junto con el sumario sobre acoso sexual de uno de los profesores.
“Estoy orgulloso que la Universidad de Chile sea pionera en poner un tema en el país tan importante como el feminismo”, apuntó y agregó que la Facultad de Derecho fue la primera en sacar un protocolo sobre casos de acoso sexual en ambientes estudiantiles.
El decano, además, abordó detalles del caso del docente Carlos Carmona –ex presidente del Tribunal Constitucional-, quien fue acusado por acoso sexual sobre una estudiante de quinto año y motivó un sumario de nueve meses.
“A la denunciante (Sofía Brito) se le ofreció protección y ella nunca lo quiso pedir”, aseguró y, además, reveló que “nosotros debimos anticiparnos a hacerlo”.
Sobre el docente, y la determinación de su vínculo con la Facultad de Derecho, apuntó que “yo no he negociado nada con el profesor Carmona (…) yo voy a tomar las medidas con el profesor una vez que transcurran los tres meses”, luego que el Contralor tome razón del sumario.
Y, junto con eso, confiesa que “no creo que el profesor Carmona quiera volver a la facultad” y, sobre la falta de empatía con Sofía Brito, señala que tuvieron “la mayor empatía con la víctima”.
Precisiones sobre la toma en la Facultad de Derecho
El pasado 27 de abril comenzó la toma (feminista) en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, la cual se alzó contra los abusos sexuales a las estudiantes.
En ese sentido, Davor Harasic sale al paso de informaciones que, según él, son falsas en torno a la disposición del decanato en relación a la manifestación.
Por un lado descartó que se hayan suspendido los exámenes de grado como medida de presión para deponer la toma y que, además, existe un grupo de profesoras que está estableciendo diálogos con las manifestantes.
Sin embargo, hace el mea culpa y apunta que “cualquier cargo público es un cargo de autocrítica permanente. Me pregunto por qué las estudiantes que están en toma no quieren dialogar con nosotros (…) me parece que el sumario que haya demorado nueve meses era un tema que debimos agilizar. Tal vez la encargada de los protocolos no debió citarla (a la víctima de acoso), debí ser yo”.
“Estamos en una situación absolutamente frágil. No tengo oficina para trabajar”, comenta y añade que “no estamos en condiciones de operatividad”.
Además, recalca que desde que llegó al decanato se percataron que “no teníamos salas con nombre de mujer y postulamos a tres (…) en el equipo directivo de decanato son más mujeres que hombres”.