AFP
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, defendió el jueves en París a su hijo, quien se encuentra en el ojo del huracán por haber aceptado reunirse con una abogada vínculada al Kremlin durante la campaña presidencial estadounidense del año pasado.
"En lo que concierne a mi hijo, mi hijo es un joven maravilloso. Aceptó reunirse con una abogada rusa. No con una abogada del gobierno, sino con una abogada rusa", dijo Trump sobre el escándalo que sacude Washington.
"Fue una reunión corta". "Desde un punto de vista práctico, pienso que que la mayoría de gente hubiera aceptado esa reunión", añadió el mandatario en una conferencia de prensa conjunta con el presidente francés Emmanuel Macron.
Este escándalo sobre la supuesta injerencia de Rusia en las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016 podría poner en peligro su presidencia.
Trump llegó a París el jueves por invitación del presidente Macron, en una visita en la que ambos líderes hicieron hincapié en su nueva amistad y vínculo "inquebrantable".
Acuerdo de París
Macron extendió la alfombra roja para el presidente estadounidense, con quien espera mejorar las relaciones e incluso convencerlo de que cambie de opinión sobre su retiro del acuerdo sobre el clima de París.
Trump, que espera renegociar el acuerdo, dijo de forma enigmática: "Algo podría pasar respecto al acuerdo de París", y agregó: "Veamos qué pasa".
La buena sintonía que exhibieron durante esta conferencia de prensa contrasta con las relaciones trasatlánticas desde la victoria de Trump en noviembre del año pasado.
Macron, quien asumió la presidencia francesa hace dos meses, dijo que ansiaba "cenar entre amigos" el jueves con la pareja Trump y su esposa Brigitte Macron en un restaurante de la Torre Eiffel esta noche.
El presidente de Estados Unidos por su parte elogió a Macron a quien calificó de "gran presidente" que "dirigirá bien este país".
"La amistad entre nuestras dos naciones y nosotros es inquebrantable", dijo el magnate, después de mantener una conversación con su homólogo en el palacio presidencial enfocada en los esfuerzos conjuntos entre Estados Unidos y Francia para combatir el terrorismo en Oriente Medio y África.
Macron había advertido en vísperas de la llegada de Trump que "el mundo occidental se está fracturando desde las elecciones estadounidenses" y que el orden mundial establecido después de la Segunda Guerra Mundial estaba amenazado.
Estrategia de seducción
Como parte de la estrategia de seducción de Macron, Trump será el invitado de honor en las celebraciones de la fiesta nacional francesa el viernes, que también conmemorará el centenario de la entrada de Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial.
El jueves fue recibido con una ceremonia solemne en el Palacio de los Inválidos, un complejo del siglo XVII creado para acoger a los heridos de guerra, donde visitó la tumba de Napoléon.
Posteriormente, las dos primeras damas cumplieron con una agenda paralela, en la que visitaron la catedral de Notre-Dame de París y realizaron un crucero por el río Sena.
"Solemos recibir bien a la gente a la que invitamos. Esperamos que esta visita vaya bien", explicó el Elíseo, desmintiendo la idea de que esta pomposa invitación constituya una carta blanca para el imprevisible mandatario estadounidense.
Una estrategia desconocida
Donald Trump y Emmanuel Macron, aparentemente en las antípodas, "tienen muchas cosas en común en su forma de ver el mundo", estima un responsable estadounidense. Según él, existe "una muy buena alquimia" entre el centrista proeuropeo de 39 años y el aislacionista e impetuoso de 71 años.
"Mantienen una relación de trabajo extremadamente abierta, franca, pero también constructiva", asiente una fuente francesa.
Expertos y diplomáticos advierten sin embargo sobre la imprevisibilidad total de Trump y las dificultades de trabajar a diario con la administración estadounidense desde que llegó a la Casa Blanca.
"Es muy complicado jugar al ajedrez con un hombre del que se desconoce totalmente la estrategia, y cuyo único postulado es la defensa del interés nacional estadounidense", analizó el especialista en relaciones internacionales Bertrand Badie.
Para velar por la seguridad de los Trump en una Francia en estado de emergencia tras una ola de atentados yihadistas, las autoridades desplegarán un dispositivo de seguridad extraordinario, con 11.000 policías y gendarmes.