Austen Ivereigh es un periodista británico y fundador de Voces Católicas. Además, es uno de los biógrafos más destacados del Pontífice con su libro "El gran reformador. Francisco, retrato de un Papa radical" (2014).
Aquí analiza la visita del líder de la Iglesia Católica a Colombia y adelanta su visión respecto al viaje que hará el Papa a Chile en enero.
-¿Qué se puede esperar de la visita del Papa a Colombia en el marco de una sociedad profundamente dividida?
-Que contribuya sobre todo a crear un clima espiritual y moral que permita el perdón y la reconciliación sin los cuales una paz duradera y justa sería imposible. El Papa también va a Colombia para profundizar lo que se llama la misión continental de la iglesia latinoamericana, que es acercarse cada vez más a los problemas concretos de la gente y renovar esta institución. Esas son las dos metas del viaje y su efecto solo se podrá juzgar a muy largo plazo. En general, los viajes papales no tienen un impacto inmediato fácil de discernir, pero a lo largo uno puede verlo.
-En un hecho histórico, las FARC entraron a la política en el marco del acuerdo de paz con el Gobierno. ¿Qué papel cumplió el Pontífice en esto? Se le atribuye un rol “silencioso”.
-El aporte del Papa ha sido el de respaldar con todo su peso, con moral internacional, el esfuerzo de las negociaciones en La Habana y el de seguir empujando a los colombianos a un acuerdo. Pero ni el Papa ni el episcopado colombiano dijo cuál debía ser específicamente el acuerdo de paz que se votará en el plebiscito.
Entonces, el papel del Papa en esto ha sido respaldar procesos ya impulsados por el episcopado colombiano y, en determinados momentos, cuando parecía que el diálogo se estaba debilitando, empujarlo desde afuera. Ese ha sido su papel fundamental.
-El cese el fuego entre el ELN y el gobierno se produce escasos días antes de la llegada del Papa. ¿Cuánta influencia es atribuible a su figura y qué posibilidades futuras de participación le ve?
-No he seguido muy de cerca los detalles de cese al fuego. Lo que sé es que hay miembros de la iglesia y religiosos involucrados a un muy alto nivel en esas negociaciones.
Ahora, una de las grandes ventajas de una visita papal es que da un horizonte, una fecha tope para que se concluyan estos procesos, porque todos se benefician y hay mucha presión. Nadie quiere ser el responsable de no haber acordado la paz ante de la llegada de un Papa.
Ese es el tipo de presión “soft”, el poder suave que puede ejercer la iglesia. No puedo decir hasta qué punto (influyó), pero la llegada del Papa a Colombia ha tenido un efecto muy positivo sobre el acuerdo del ELN con el gobierno.
Nadie quiere ser el responsable de no haber acordado la paz ante de la llegada de un Papa.
-Uno de los primeros pronunciamientos del Pontífice fue un mensaje de solidaridad a Venezuela. ¿Qué rol puede jugar en la crisis que vive ese país?
-El viaje a Colombia siempre ha tenido en vista Venezuela. La idea de una visita a Venezuela simplemente no es factible. Creo que el mensaje más importante del Papa para Venezuela es que busque una salida política negociada a lo que es una situación realmente desastrosa y creo que uno de los efectos de esta visita colombiana será ofrecer Colombia como modelo de ese diálogo y de esa negociación.
Para ponerlo en términos muy sencillos, creo que el Papa espera, reza, porque los venezolanos, sobre todo del gobierno venezolano, vea en estos días en Colombia el modelo de un diálogo posible y que todos se benefician de él. Es decir, que vea la alegría de Colombia de estos días de la visita papal. Uno espera que esto sea una inspiración para Venezuela.
-¿Podría el Papa, finalmente, convertirse en moderador? Ha habido intentos...
-Es complejo. La posición del Papa siempre ha sido que todas las partes involucradas en el diálogo consientan la participación del Vaticano y el gobierno (de Venezuela) simplemente no lo ha aceptado hasta ahora y la iglesia no ha podido actuar de mediadora. Pero está siempre dispuesta a hacerlo. De eso estoy seguro. Y ha habido mucha acción, mucho involucramiento del Vaticano y del episcopado venezolano en el intento de persuadir a todos los actores de participar en un diálogo mítico democrático. El problema es que el gobierno de Maduro solo ve una pérdida en eso.
Hasta que él (Maduro) realmente acepte la necesidad de una salida democrática y negociada a la crisis no va a haber paz
-No hace mucho Maduro pidió ayuda al Papa para "impedir que Trump invada a Venezuela" en un evidente juego político.
-Ha habido muchos juegos políticos de Maduro en esto. Hasta que él realmente acepte la necesidad de una salida democrática y negociada a la crisis no va a haber paz. Eso es obvio. Y lo único que la iglesia puede hacer es seguir ofreciéndose como una plataforma para ese diálogo se concrete.
-El analista argentino Andrés Oppenheimer, hizo una crítica al rol del Papa en Venezuela. Dice que no ha sido claro y lo responsabiliza del contexto político que atraviesa actualmente ese país. ¿Qué opina?
-El Papa ha sido criticado por no hablar de una forma muy clara y contundente en contra de Maduro. Pero la razón de ello es muy sencilla. Él, como Papa, como Vaticano, tiene siempre que dejar las puertas abiertas al diálogo. La estrategia del Vaticano que yo he visto ha sido dejar que el episcopado venezolano hable de una forma muy clara sobre la situación.
Y la postura del Vaticano ha sido respaldar el episcopado local al mismo tiempo que sostener el diálogo. Creo que esa ha sido su política concreta. Es el papel singular de la Santa Sede. Tiene que ser hasta cierto punto 'suprapartes', estar por 'encima de', precisamente para que Maduro vea la puerta abierta por parte del Vaticano si alguna vez decide que necesita diálogo.
La visita a Chile
-¿Es este el Papa más político que ha tenido la iglesia en el último tiempo?
-Todos los Papas han tenido involucramiento muy fuerte en la geopolítica. Y tiene un papel diplomático muy importante que jugar en el mundo contemporáneo, porque precisamente no tiene territorio, ejército ni economía. Porque no tiene intereses propios ni comerciales, sino disponibilidad y libertad política.
Yo creo que su papel ha sido y sigue siendo muy importante en ese respecto. Fue el líder latinoamericano del mundo en ese momento (febrero 2016). Tenía respeto de presidentes latinoamericanos de todos los partidos políticos. Eso es muy importante: que él logra superar esas divisiones internas políticas latinoamericanas.
Si él no hubiera sido un cura ni un jesuita seguro hubiera sido político
Además, a los políticos les encanta a este Papa. El es el Papa más político en el sentido de que entiende la política, el arte y el oficio de la política. Es algo que siempre decían los políticos argentinos y siguen diciendo los estadistas que van a Roma a verse con el Papa. Siempre salen sintiendo que aquí tienen un líder eclesial que realmente entiende la política y por qué existe.
Yo como su biógrafo siempre he dicho: si él no hubiera sido un cura ni un jesuita seguro hubiera sido político, porque esa fue su gran pasión de adolescencia. Así, el Papa Francisco es un Papa intensamente político en este respecto.
-Eso le ha valido más de alguna reacción.
-Él provoca. Es interpelante. Eso se debe en parte a su carácter, pero también a su papel profético de Papa. Todos los papas ofenden. Es su papel. Si la gente no se siente ofendida por los Papas se ve que no están practicando el evangelio, porque el evangelio siempre escandaliza.
Y él es provocador, pero no provoca solo por provocar. Le gusta ver reacciones. Eso es importante. Le gusta que se reaccione. En general, al Papa le gusta el movimiento.
No he visto ninguna política del Vaticano con respecto a la frontera boliviana-chilena
-¿Qué reto tiene el Papa en su visita a Chile en enero próximo?
-En Chile el reto será una mayor integración social y cultural y, por eso la parte mapuche, un enfoque en las fronteras, de los márgenes, de los marginados, de los que sufren. De ahí la visita a Iquique. La cuestión de la inmigración. Es muy interesante ver el mapa de la visita. Él quiere unir las periferias con el centro.
Chile es un país muy centralista, también bastante estratificado. Creo que en su visita buscará crear espacios de encuentro.
Pero cuando el Papa viaja a América Latina, él siempre busca las semillas del evangelio en esa cultura, entonces va a llegar no para criticar, sino para decir a Chile: ‘ustedes son producto de esa historia evangelizada' y de invitar a Chile a ser coherente con ese pasado y ese legado. Ese creo será el plan concreto.
-Se deduce de una de sus declaraciones que estaría a favor de un acuerdo negociado para la salida al mar de Bolivia.
-Yo no veo, o por lo menos no he visto ninguna política del Vaticano con respecto a la frontera boliviana-chilena. Yo no estoy consciente de ningún movimiento de acuerdo diplomático a favor o nada de eso que involucre el Vaticano… Que yo sepa.