Guadalajara es famosa por la Feria Internacional del Libro, su comida y la música de mariachis.
Pero hay un aspecto de la ciudad del que poco se habla: la capital del estado de Jalisco, en el occidente de México, es uno de los sitios preferidos por carteles del narcotráfico para invertir sus ganancias.
Un tema que revivió hace unos días, cuando el Departamento del Tesoro de Estados Unidos vinculó al futbolista Rafael Márquez y al cantante Julión Álvarez con una red de lavado de dinero del narcotráfico.
La mayor parte de las operaciones presuntamente se realizan en Guadalajara, donde el gobierno estadunidense ubica a 142 empresas o personajes vinculados al tráfico de drogas.
Ninguna otra ciudad mexicana aparece tantas veces en la lista de la Oficina para el Control de Bienes Extranjeros (OFAC, por su nombre en inglés), la relación de compañías o personas a quienes el gobierno estadunidense prohíbe hacer negocios.
Tal concentración en la lista negra demuestra la creciente presencia de carteles de narcotráfico en la zona, subraya Carlos Flores Pérez, del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (Ciesas).
"Es un elemento muy significativo que apunta a esa hipótesis, es bastante razonable asumirlo así", le dice a BBC Mundo.
"Está aunado al hecho de que en los últimos años hay fortalecimiento de redes delictivas justamente centradas en esa región".
"Dinero sucio"
¿Por qué la capital de Jalisco es tan atractiva para los carteles de narcotráfico?
Una explicación es el tamaño de su economía.
Guadalajara es la segunda ciudad más grande de México y, de acuerdo con la Secretaría de Economía, es una de las que tiene mayor potencial de desarrollo de Norteamérica.
En los últimos años en la Zona Metropolitana de Guadalajara ?que incluye a los municipios de Zapopan, Tlaquepaque y Tonalá- existe un amplio proceso de construcción de plazas comerciales y zonas residenciales.
También aumentó el número de visitantes, así como la inversión en hoteles y restaurantes.
Eso representa un atractivo importante para las organizaciones de narcotráfico, dice el investigador Flores Pérez.
"Es un potencial muy significativo para invertir en procesos de urbanización, o en servicios diversos que tradicionalmente ha sido empleados por las organizaciones para llevar a cabo actividades de lavado", explica.
Un tema que conocen las autoridades. El fiscal General del Estado de Jalisco, Eduardo Almaguer Ramírez, reconoce que hay dinero del narcotráfico en varios tipos de negocios.
"Hemos investigado espacios donde compran y venden autos nuevos o seminuevos, arrendadoras de autos, inmobiliarias, desarrolladoras de construcción y por supuesto bares y restaurantes", le dice a BBC Mundo.
"Son los espacios donde más hemos detectado la presencia del crimen organizado, donde buscan invertir y limpiar ese dinero sucio que han obtenido con sus actividades criminales".
Tres décadas de negocios
Hay un elemento más que atrae las inversiones del narcotráfico en Guadalajara y su zona metropolitana: la historia.
En los años 70 el Ejército realizó una campaña de erradicación de cultivos de amapola y marihuana en Sinaloa, en esa época el mayor centro de producción de drogas del país.
Los líderes de los carteles y sus familias emigraron entonces a la capital de Jalisco, donde instalaron su residencia.
En la ciudad nació la organización de narcotráfico más grande de la historia del país, encabezada por Miguel Ángel Félix Gallardo, "El Jefe de Jefes".
Tras su captura en 1989 el grupo se dividió y nacieron entonces los carteles que décadas después marcaron el narcotráfico:
Los grupos de Sinaloa, Tijuana, Juárez y sus divisiones consecuentes, como los hermanos Beltrán Leyva o Jalisco Nueva Generación.
En Guadalajara desde los años 70 los capos instalaron sus negocios. Paulatinamente se asociaron con empresarios y se mezclaron, incluso a nivel familiar, con la sociedad local.
"Es cuando inicia de manera estructurada el lavado de dinero que ha permeado las capas del comercio, la educación, el empresariado y los desarrollos inmobiliarios", reconoce el fiscal Almaguer.
También ganaron aliados en los distintos gobiernos, le dice a BBC Mundo Francisco Jiménez Reynoso, investigador del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara.
"Sus familias conviven con la sociedad y se genera una simbiosis entre grupos de delincuencia organizada y autoridades, lo que facilita el actuar del narcotráfico".
Aliados sociales
La convivencia con los narcotraficantes creó una especie de tolerancia social que se convirtió en su aliado, coinciden los especialistas.
"En el caso de Guadalajara algo así sucedió. Actores de relevancia de las organizaciones delictivas empezaron a convivir con las hijas de la sociedad local, con políticos locales, lo cual facilitó su integración dentro de la sociedad", dice el investigador Carlos Flores.
"Los narcotraficantes meten a sus hijos a las mejores universidades, comienzan a hacer sociedad y a confundirse con toda la ciudadanía y a tener un gran poder adquisitivo", completa Francisco Jiménez.
"Es uno de los motivos por los que en los últimos 30 años se convierte en un paraíso. Prácticamente es muy difícil que se toque a los narcotraficantes".
Las autoridades no están de acuerdo. La Fiscalía de Jalisco mantiene 22 investigaciones para confiscar ranchos, mansiones, casas o negocios vinculados a los carteles de narcotráfico.
"Es importante perseguir los beneficios económicos que deja el crimen en todas sus modalidades, la persecución del dinero de procedencia ilícita", subraya el fiscal Almaguer.
¿Se acerca la violencia?
Es difícil saber cuánto depende la economía de Guadalajara de las inversiones del narcotráfico.
Pero es evidente la inseguridad que provoca. "Soy muy honesto, en la comisión de diversos ilícitos encontramos la participación de estas empresas en algún delito como narcomenudeo, desapariciones, homicidios", reconoce.
La situación es difícil. El Cartel Jalisco Nueva Generación, que formó parte de la organización de Sinaloa, mantiene una disputa con su antiguo aliado por el control del tráfico en la región.
No se descarta un eventual estallido de violencia, insisten los analistas, aunque por la historia de las últimas décadas también existe la probabilidad de que eso no ocurra.
En todo caso, con la reciente designación de OFAC al futbolista Rafael Márquez, quien juega en uno de los equipos de fútbol más viejos de la ciudad, el Atlas, complica de nuevo la imagen internacional de Guadalajara.
Cuánto le perjudica no está claro. BBC Mundo solicitó una entrevista al alcalde de la ciudad, Enrique Alfaro, para conocer el impacto de esta nueva inclusión en la lista OFAC.
La respuesta fue que de este tema el funcionario no haría comentario alguno.