El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas debería imponer un embargo de armas para poner freno a la creciente violencia en Sudán del Sur, que podría desembocar en un genocidio, advirtió hoy (17.11.2016) un alto funcionario de la ONU.
Estados Unidos llegó al organismo con la propuesta de la incautación como respuesta a la situación que vive el país africano. La medida tiene por objeto disminuir la violencia. Así lo explicó la embajadora estadounidense ante la ONU, Samantha Power, en un debate del Consejo de Seguridad, en el que adelantó que su país planteará también sanciones contra individuos que han atentado contra el proceso de paz.
Adama Dieng, consejero especial de la ONU sobre prevención de genocidio, llamó al Consejo de Seguridad a tomar acciones de inmediato y advirtió que él mismo ha sido testigo de la existencia de un ambiente propicio para "atrocidades masivas" durante una visita a ese país del este de África la semana pasada.
Sudán del Sur es escenario de una guerra civil que se desató en diciembre de 2013 por una feroz lucha de poder entre el presidente Salva Kiir y su vice Riek Machar. El conflicto ha dejado decenas de miles de víctimas. Según Naciones Unidas, más de 2,5 millones de personas han huido de los enfrentamientos.
La semana pasada, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) había advertido sobre el peligro de que en breve se produzca una hambruna en Sudán del Sur. El mencionado conflicto sumado a una prolongada sequía han provocado que unos 3,7 millones de personas no tengan actualmente suficiente comida, alertó la FAO.