Un desfile de niños y adolescentes en espera de adopción en un centro comercial del centro-oeste de Brasil provocó una ola de indignación, ante un evento que fue comparado a una feria de animales o de esclavos.
"Adoção na passarela" (en español "Adopción en la Pasarela") fue el nombre del desfile que se realizó el pasado martes en el shopping Pantanal, de Cuiabá, la capital del estado de Mato Grosso, con la finalidad de "dar visibilidad a los niños y adolescentes que son elegibles para adopción".
El evento, que ya había sido realizado otros años, fue organizado por las sedes locales de la Asociación de Investigación y Apoyo a la Adopción (Ampara) y de la Orden de Abogados de Brasil (OAB).
Tatiane de Barros, presidenta de la Comisión de Infancia y Juventud de la OAB, declaró ante medios locales que: "Es una noche para que potenciales padres adoptivos conozcan a estos niños y adolescentes. La gente puede tener más información sobre adopción y los niños y adolescentes tendrán un día especial en el que se arreglarán para esta pasarela".
Las noticias del desfile desataron una oleada de críticas en las redes sociales, que se mantenían vivas este jueves, con una petición condenatoria que recogió unas 1.000 firmas.
Los organizadores alegaron por su parte que ninguno de los niños y jóvenes fueron obligados a participar.
La Secretaría Nacional de los Derechos de los Niños y Adolescentes expresó su "preocupación" por ese tipo de actividad.
La OAB de Mato Grosso y Ampara, la asociación que realiza proceso de adopciones, publicaron mediante Facebook que el objetivo de los organizadores "nunca fue presentar niños y adolescentes a las familias para lograr la adopción". Y admitieron que dos de los adolescentes que participaron en una edición previa fueron adoptados.
En el comunicado, también se expresa que: "La idea del desfile buscaba promover la convivencia social y mostrar la diversidad de la construcción familiar por medio de la adopción con la participación de las familias adoptivas".
El diputado federal por Rio Grande do Sul, Henrique Fontana (PT), denunció y criticó ante la Cámara Federal el evento realizado, y lo comparó con una "subasta de ganado".
Brasil abolió la esclavitud en 1888, más de seis décadas después de haberse independizado de Portugal y 25 años más tarde que en Estados Unidos. Ecos de ese período siguen resonando en el país, confrontado a numerosas situaciones de racismo cotidiano.
Más de 9.500 niños y adolescentes están a la espera de ser adoptados en el país sudamericano, según cifras de la Agencia Nacional de Adopción divulgadas esta semana por la estatal Agencia Brasil.
Dentro de las reacciones de los usuarios de Twitter se puede leer:
"Los niños en adopción no son animales", escribió Raquel M.
"(...)Tengo absoluta certeza de que hay otras maneras de sensibilizar a la populación para adoptar sin exponer de esta forma humillante a los niños", publicó Elika Takimoto.