El Gobierno de Luxemburgo, un país que durante años ha gozado de la dudosa reputación de propiciar la evasión fiscal en los países vecinos, anunció que endurecerá a partir de 2017 sus normas sobre los impuestos de sociedades, para hacer más difícil que las grandes empresas evadan el pago de sus obligaciones tributarias.

En particular, los cambios se aplicarán al tratamiento fiscal de las sociedades que ejercen transacciones de financiación dentro del propio grupo. Con ello, "Luxemburgo adapta así su marco jurídico, para tener en cuenta las últimas evoluciones a nivel internacional y europeo", añade un comunicado emitido por el Ejecutivo.

Estas enmiendas son consecuencia del escándalo ("LuxLeaks") que estalló tras la filtración a la prensa de acuerdos fiscales confidenciales entre el Estado de Luxemburgo y más de 300 multinacionales entre 2002 y 2010, que permitieron a las empresas rebajar drásticamente sus impuestos. Las nuevas normas, que entrarán en vigor el próximo 1 de enero, responden a la presión de Bruselas sobre los países que han recurrido a acuerdos fiscales especiales para atraer grandes empresas, como Luxemburgo e Irlanda. 

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