La foto aparece sin cesar en las redes sociales: dos niñas atrapadas en un inmueble derrumbado apenas logran sostener de la camiseta desgarrada a su hermana pequeña, que queda suspendida a varios metros del suelo, tras un bombardeo aéreo en el noroeste de Siria.
La instantánea muestra a Riham, de cinco años, sujetando de la camiseta desgarrada a Tuka, de siete meses, a punto de caer, mientras que Dalia, a su lado, parece estar atrapaba bajo un escombro de cemento. Detrás de ellas, más arriba sobre los cascotes del edificio, un hombre grita y se lleva una mano a la cabeza, impotente ante el drama.
Capturada por el fotógrafo Bashar el Sheij, del medio local digital SY24, esta angustiosa escena tuvo lugar el miércoles en Ariha, ciudad de la provincia de Idlib y blanco de los bombardeos del régimen de Bashar al Asad, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
La pequeña Riham falleció poco después de esta foto, mientras que la bebé Tuka y Dalia fueron hospitalizadas en Idlib.
"Tuka sufre un traumatismo craneoncefálico. Estuvo bajo respiración artificial durante 24 horas, ahora se encuentra en cuidados intensivos. Su estado es estable, si Dios quiere", indicó a la AFP el doctor Ismail.
Dalia, por su parte, "se encuentra en un estado estable", después de haber sido operada de una herida en el pecho, según el doctor Mohamed, un médico del mismo hospital.
Tawfik Kattan, formaba parte de los socorristas de los cascos blancos que intervinieron el miércoles en Ariha después del ataque aéreo. Tras haber evacuado a una víctima, volvió rápidamente al lugar de la tragedia drama.
Pero, "las dos niñas se habían caído" entretanto, cuenta a la AFP.
La madre de esta familia, compuesta de seis hermanas, murió en los bombardeos. Además de Riham, otra de sus hijas, Rowan, de tres años, sucumbió el viernes a sus heridas del vientre y el pecho.
Otras dos hermanas, que también resultaron heridas, sobrevivieron.
El régimen sirio, apoyado por su aliado ruso, lleva a cabo bombardeos casi diarios desde finales de abril en la provincia de Idlib, y en las zonas adyacentes en las provincias limítrofes de Alepo, Hama y Latakia.
En casi tres meses, los bombardeos aéreos mataron a unos 740 civiles, entre ellos más de 180 niños, según el OSDH.
Iniciada en 2011, la guerra en Siria causó más de 370.000 muertos y millones de desplazados.