El drama de la migración volvió este domingo a llamar a las puertas de Europa tras el naufragio de un barco con 700 personas a bordo frente a las costas de Libia. La crisis migratoria provocó el año pasado más de 3.200 muertos y se estima que al menos 1.600 personas han fallecido en lo que va de 2015 intentando cruzar el Mar Mediterráneo.

La presión para actuar recae ahora sobre los líderes europeos, que llevaron a cabo este lunes una reunión extraordinaria para dar respuesta a la crisis migratoria.

"No tenemos ya coartada", dijo la jefa de la diplomacia exterior de la Unión Europea, Federica Mogherini, antes del encuentro.

"Las tragedias de estos últimos días, de estos últimos meses, de estos últimos años. Es demasiado", afirmó la italiana.

Lo que vemos es una gran falta de voluntad política
Judith Sunderland, de Human Rights Watch (HRW).

Tras la reunión, Mogherini compareció ante los medios y anunció, aunque no concretó, algunas medidas para dar respuesta a la crisis.

Entre ellas, la UE decidió reforzar las misiones en el Mediterráneo y un mayor esfuerzo por compartir responsabilidades en la reubicación de los refugiados.

"Es un primer paso en la dirección de una buena respuesta Europea, finalmente", dijo la funcionaria.

Sin embargo, no se puso fecha ni presupuesto a ese paquete de medidas.

En efecto, los líderes europeos "llevan años intentando alcanzar una respuesta" recordó Chris Morris, periodista de la BBC que sigue esas conversaciones.

Las declaraciones apesadumbradas tras cada naufragio no han ido acompañadas hasta ahora de medidas de amplio alcance a nivel europeo para reducir las muertes.

Y eso a pesar de que algunos políticos, sobre todo italianos por ser el país más afectado, han exigido una y otra vez una respuesta.

"Europa está convirtiendo Lampedusa en un vertedero humano", dijo la alcaldesa de la isla, Giusi Nicolini, tras la muerte de más de 300 migrantes cerca de sus costas, en 2013.

"Lo que vemos es una gran falta de voluntad política", afirmó a BBC Mundo Judith Sunderland, investigadora de la organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW).

Según Sunderland, tanto la Unión Europea en su conjunto como sus estados miembros han orientado sus políticas a "impedir la llegada" de migrantes y no a resolver el problema de la migración desde un punto de vista humanitario.

Búsqueda y rescate

HRW y Amnistía Internacional pidieron poner en marcha una operación de búsqueda y rescate de migrantes en el Mediterráneo que sea equivalente a la desaparecida Mare Nostrum.

Mare Nostrum fue la misión de rescate iniciada por Italia tras la tragedia de Lampedusa en 2013 que, con un coste de US$10 millones al mes, logró rescatar a miles de personas hasta su cancelación.

Italia decidió poner punto y final a la misión tras la negativa del resto de países europeos de compartir el coste.

"Fue una decisión difícil. La armada italiana estaba dispuesta a continuar y algunos políticos también, pero hubo mucha presión de otros países europeos", recuerda Elisa De Pieri, investigadora de Amnistía Internacional, a BBC Mundo.

En lugar de Mare Nostrum, la UE puso en marcha en noviembre pasado Tritón, un dispositivo de control de fronteras con menos efectivos y un presupuesto muy inferior, de US$3,2 millones al mes.

"La inmigración es un tema políticamente complicado. Ningún gobierno quiere parecer demasiado blando", explica De Pieri.

Sunderland cree que, aunque hay en Europa líderes con ideas más abiertas a la inmigración, el "coste político" de actuar en este sentido es "muy alto".

"El debate es muy complicado y va empeorando con el auge de los partidos populistas y xenófobos", razona.

Uno de los gobiernos que defendió más abiertamente no poner en marcha una amplia operación de búsqueda y rescate fue Reino Unido.

La ministra del Interior, Theresa May, defendió que una operación de ese calibre actuaba como "factor llamada" al saber los migrantes que, en caso de naufragar, tenían más opciones de sobrevivir.

Las operaciones "animan a la gente a realizar cruces peligrosos esperando un rescate", dijo May.

"Esto ha provocado más muertes al explotar los traficantes la situación, utilizando embarcaciones que no están preparadas", añadió.

"Quizás es verdad que las operaciones de rescate son un factor llamada. Pero su ausencia no ha reducido las cifras de migrantes que intentan cruzar", afirmó a BBC Mundo Elizabeth Collett, directora del Instituto Europeo de Política Migratoria.

"¿Es lógico seguir guiándose por este factor?", se pregunta Collett.

Mogherini anunció este lunes que los líderes europeos han decidido finalmente reforzar con más fondos -sin especificar en qué cantidad- las misiones Tritón y Poseidón (de apoyo a Grecia) y la agencia europea de control de fronteras, Frontex.

Refugiados

Los expertos consultados recuerdan que, según los datos de Frontex, casi la mitad de los migrantes que llegaron vivos por mar a territorio europeo en 2014 son refugiados de Siria y Eritrea.

Es poco probable que, huyendo de una guerra civil y de un gobierno represor, respectivamente, estos migrantes en situación desesperada dejen de abandonar sus países de origen.

"Hay unos cuatro millones de refugiados sirios en los países vecinos", le dijo a BBC Mundo Andrej Mahecic, portavoz de ACNUR, la Agencia de la ONU para los refugiados.

La mayoría de los que logran llegar a Europa son acogidos por Alemania y Suecia.

"Necesitamos una mayor solidaridad entre los países europeos. El hecho de que desembarquen en Italia o en Grecia no significa que los otros países no deban compartir la responsabilidad", añadió Mahecic.

Los ministros europeos también se comprometieron a avanzar en este sentido tras la reunión de hoy en Luxemburgo.

El 97% de los refugiados sirios han sido acogidos en Líbano, Turquía, Jordania, Irak o Egipto. La Unión Europea solo se ha comprometido a reubicar a un 0,17%, según datos de Amnistía Internacional.

Las organizaciones humanitarias piden que Europa ponga en marcha vías legales para entrar para aquellos que huyen de la persecución y el conflicto.

"Hay poquísimos refugiados reconocidos como tal en Europa", dice Sunderland.

Hasta ahora ha sido difícil que Europa logre armonizar su política de asilo, con 28 países con su propio sistema judicial y policía.

Iván Martín, investigador del Centro de Política Migratoria del Instituto Universitario de Florencia, cree que es muy "optimista" pensar que el problema puede resolverse a corto plazo.

"Si se observa la demografía y las diferencias de rentas de los países africanos, sorprende que los flujos migratorios sean en realidad tan pequeños", le dice Martín a BBC Mundo.

Martín cree que la UE debería centrarse en dar una respuesta humanitaria y en gestionar los flujos migratorios en lugar de intentar evitarlos.

"No hay casi mecanismos europeos de migración legal", destaca el experto.

Martín recuerda que la UE ha dejado la cooperación con los países de origen de los migrantes en manos de la Dirección General de Migración y Asuntos Internos, dejando de lado una visión más amplia que tenga en cuenta el desarrollo y las relaciones exteriores.

El problema de Libia

Gran parte de los migrantes que naufragan o logran atravesar el Mediterráneo parten de las costas de Libia, donde el caos reinante permite a los traficantes explotar a los migrantes con libertad.

Mientras dos gobiernos rivales se disputan el control del país, la Unión Europea y la ONU esperan que un acuerdo político pueda aportar estabilidad.

Italia ha pedido una actuación contundente en el país.

"Si no hay una rápida movilización por Libia, asistiremos a nuevas tragedias en el mar y a la instalación de un califato islámico a pocas millas de nuestras costas, que son italianas y europeas", alertó hace unos meses el ministro italiano de Interior, Angelino Alfano.

La UE, sin embargo, se ha mostrado reticente a la hora de enviar fuerzas militares.

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