Un macabro crimen se investiga en Córdoba, Argentina, donde una niña de 8 años fue encontrada muerta y su habitación quemada el pasado viernes. Con el correr de los días se han conocido algunos detalles de la vida que llevaba la madre de la niña y su pareja, ambos hoy detenidos.

Aralí Vivas era el nombre de la niña que fue encontrada muerta y su madre Rocío Rauch está detenida y es acusada por el delito de homicidio calificado por el vínculo en calidad de partícipe necesaria. Además, la pareja de la mujer Matías Simeone y un amigo de él, Cristian Varela, también están detenidos como autores del crimen. 

Vecinos del sector aseguran que la mujer se drogaba y consumía alcohol mientras que sus hijos debían comer y bañarse en otras casas. Si bien Aralí y sus otros tres hijos estuvieron en el hogar con su padre, volvieron donde su madre al poco tiempo. 

La madre de la niña no estaba en casa al momento de la muerte de su hija, y bomberos informaron que encontraron su cadáver en la cama, aunque les llamó la atención que su pieza fue el único sector de la casa quemado, y la niña no pareció haber intentado arrancar del fuego. 

Los mismo familiares de la mujer contaron a medios argentinos que Simeone, pareja de Rocío Rauch, tenía antecedentes por violencia de género, amenazas y tenencia ilegal de armas de fuego, además de encubrimiento, violación de domicilio y desobediencia a una orden judicial. 

El fiscal a cargo del caso dijo en conferencia de prensa que la niña había sufrido una “muerte traumática” antes del incendio de su habitación, consecuencia de un golpe contundente en la cabeza.

“El incendio fue claramente para ocultar el homicidio de la niña”, aseguró el fiscal.

Este viernes, Omar Rauch, el abuelo de la niña fallecida y padre de la mujer detenida, aseguró que en la casa donde vivían ambas existían “fiestas negras” y planteó que su hija no era “culpable, pero tampoco inocente”.

“Mi hija tenía problemas de adicción, pero ya estaba recuperada”, aseguró Omar Rauch en conversación con El Doce de Argentina.

El abuelo de la menor fallecida aseguró que la familia no estaba en conocimiento “de las jodas negras esas que se hacían”, y planteó que esta vez había ocurrido porque su hija no estaba en la casa. “La madre no es culpable, pero no es inocente tampoco”, planteó. 

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