La Asamblea Nacional francesa aprobó el paquete de concesiones de emergencia anunciado hace algunos días por el presidente galo, Emmanuel Macron, en un intento por poner fin a las violentas protestas de los llamados "chalecos amarillos".
Macron presentó su plan de recorte impositivo para los trabajadores de bajos ingresos en un discurso televisado a principios de este mes para ayudar a enfriar semanas de protestas que trajeron grandes interrupciones al país.
Las medidas brindan una "respuesta rápida, firme y concreta" a la crisis, dijo el ministro de Trabajo, Muriel Penicaud, en un debate que se prolongó hasta las primeras horas de la mañana del viernes. En lo concreto, se elimina el aumento de impuestos planificado para la mayoría de los jubilados y el pago de horas extras quedan libres de impuestos para todos los trabajadores.
Además se eliminó el impuesto a los carburantes, lo que también implica que no habrá aumentos de luz y gas, que fue lo que finalmente desató la furia ciudadana debido al alto costo de vida que tienen que enfrentar los franceses.
Los economistas estiman que los recortes costarán hasta 15 mil millones de euros (17 mil millones de dólares). Las concesiones financieras ahora pasarán a ser revisadas por el Senado para su aprobación definitiva.