La economía vietnamita selló en los últimos años un ascenso fulgurante.
En 2014 se convirtió en el máximo exportador de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) a Estados Unidos, desplazando a otros potenciales tigres regionales como Tailandia, Malasia o Filipinas.
En enero de este año, la inversión extranjera directa aumentó un 67% con 44 nuevos proyectos por US$663 millones.
El Producto Interno Bruto (PIB) muestra la misma tendencia: creció cerca del 6% el año pasado, con una proyección cercana al 7% este 2015.
Con un costo laboral que es hoy la mitad del de China, Vietnam se está convirtiendo en un polo de atracción para los inversores en Asia.
Ezequiel Ramoneda, coordinador del Centro de Estudios del Sudeste Asiático de la Universidad Nacional de la Plata en Argentina, indicó a BBC Mundo que hay factores globales y locales para este despegue vietnamita.
"Vietnam ha abierto su economía, tiene políticas de estado con planes a largo plazo y se ha convertido en un foco para la inversión estadounidense, japonesa y china.
"Los problemas políticos de otras naciones de la región como Tailandia o Malasia han contribuido a resaltar sus logros", señaló.
Un largo camino
El país, arrasado por la guerra con Estados Unidos, comenzó a despegar en la década de los años 80' con su política de apertura (Doi Moi) y transición de la planificación central a una "economía socialista de mercado".
La situación demográfica y su ubicación geopolítica favorecieron este despegue.
Vietnam es un país joven. Mientras que en China un 13% de la población supera los 60 años, en Vietnam esta proporción se achica al 9%.
Nguyen Tan Dung es primer ministro de Vietnam desde junio de 2006.
Con una costa de 3.500 kilómetros en el mar chino, es el lugar obligado de pasaje de un tercio del petróleo crudo y la mitad del gas natural licuado.
"Es una de las principales rutas marítimas. Todo lo que viene de Medio Oriente o de Australia e Indonesia pasa por costas vietnamitas. Es un punto de parada de todo tipo de buques no sólo energéticos sino comerciales y hasta militares.
"Y es una ruta de ingreso al sur de China. A todo esto hay que sumarle que es el gran ganador regional del aumento del costo laboral en China", explica Ramoneda.
El gran salto
En los 80, los tigres asiáticos –Corea del Sur, Singapur, Taiwán y Hong Kong– dieron el gran salto que les permitió pasar de economías primitivas o en desarrollo a economías desarrolladas.
Mirado desde esta perspectiva, Vietnam ha dado un primer paso con la transición de una economía dominada por la agricultura a otra más industrializada en base a exportación de mano de obra intensiva.
Vietnam ha diversificado su base exportadora añadiendo a productos primarios como café, té y arroz, otros más industriales como zapatos, textiles y ensamblaje de computadoras.
Hoy es la principal base mundial de la japonesa Kyocera, especializada en impresoras, que proyecta una producción de dos millones de unidades para 2018.
Samsung invertirá unos US$20.000 millones en energía, barcos y aeropuertos. Nokia, Canon y Parasonic tienen una creciente presencia.
Vietnam ha abierto su economía, tiene políticas de estado con planes a largo plazo y se ha convertido en un foco para la inversión estadounidense, japonesa y china
Este salto es meritorio pero, según los especialistas, el gran reto es pasar a la exportación de productos de alto valor agregado.
"Vietnam ha tomado el modelo de los tigres o dragones asiáticos, pero todavía le falta un desarrollo propio de marcas vietnamitas. Para eso falta una fuerte inversión en ciencia y tecnología. Malasia ha dado ese salto. Vietnam no", precisa Ramoneda.
El legado de la guerra ha dejado su marca. Una buena parte de su suelo no puede usarse para la producción agrícola con lo que Vietnam no tiene la posibilidad de autoabastecimiento alimentario.
"A menos que haya una innovación tecnológica que les permita solucionar este tema, será un obstáculo con el que tendrá que lidiar permanentemente", indicó el especialista a BBC Mundo.
Entre China y Estados Unidos
En una economía globalizada, el éxito depende además del modelo de integración que elija cada país.
Vietnam ingresó en la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2007, cinco años después que China.
Hoy se debate entre dos modelos.
Por un lado el TPP, la Trans-Pacific Partnership, apuesta estratégica de Estados Unidos que negocian hoy 12 países del Pacífico sin China (Chile, México y Perú entre ellos).
Por el otro, el modelo chino que promueve una zona de libre comercio asiática cuyo trampolín es un banco regional de inversión.
Ninguno de los dos proyectos está cerrado: en ambos casos la fecha más factible de lanzamiento sería 2017.
"Algunos países intentan cabalgar entre ambos. Pero no es tan sencillo. Uno de los grandes interrogantes es si algún país de Asia puede escapar de la influencia china. En Vietnam hay una cierta inclinación por Estados Unidos, pero no creo que sea tan fácil dejar de lado a China", indicó Ramoneda a BBC Mundo.
¿Son todos los tigres asiáticos?
Desde los 80, muchas naciones en desarrollo se han ganado el mote transitorio de "tigres".
Chile y la República de Irlanda son dos de estos casos, pero en su mayor parte los candidatos son asiáticos.
En un reciente ejercicio futurista, la consultora internacional PwC predijo que en 2050 el mapa de la economía mundial se inclinaría hacia las economías asiáticas con India, Indonesia y Vietnam como grandes actores globales.
Si bien hoy Vietnam está por detrás de Perú en ingreso per cápita (US$1.910 contra US$6.600), la expectativa es que rugirá primero.
Según Ramoneda, hay varios factores detrás de esta aparente ventaja comparativa de las naciones asiáticas respecto a América Latina.
"Un factor clave es la orientación de la inversión. Mientras que en América Latina la inversión se orienta hacia la logística, es decir, trenes, transporte, para facilitar la exportación de commodities como principal objetivo, en el sudeste asiático el eje ha sido atraer inversiones extranjeras a la producción para exportar e insertarse en cadenas de valor a nivel mundial", le dijo Ramoneda a BBC Mundo.
La densidad poblacional es otro factor de peso que señala Ramoneda.
China y los países del Asean son mercados de unos dos mil millones de consumidores. América Latina es una cuarta parte.
"Pero además, en Asia se ven políticas de estado a largo plazo. Malasia ya está pensando en el 2050. Eso no pasa en América Latina", señaló Ramoneda a BBC Mundo.