Las autoridades de Ecuador mantienen la alerta amarilla por la erupción del volcán Cotopaxi, pese a la abundante ceniza que expulsó este domingo. El macizo entró en erupción hace una semana después de 138 años.
"Las emisiones de vapor tienen un alto contenido de ceniza de hasta 2000 metros sobre el nivel del cráter", apuntó el ministerio Coordinador de Seguridad en su informe más reciente.
El polvo volcánico arrojado este domingo cayó sobre los poblados de Tanicuchí, Guaytacama, Pastocalle, Chugchilán, Isinlivi, Mulaló, Lasso, Joseguango y El Chasqui, en el centro del país, según las autoridades.
El ministerio agregó en su cuenta de Twitter que "se mantiene la alerta amarilla", declarada el pasado 15 de agosto.
La institución también alertó a los conductores para que manejen con precaución debido a la ceniza que caía sobre la carretera que conecta a la capital con el sur del país.
De 5.897 metros de altura, el Cotopaxi es considerado por los científicos como uno de los volcanes más peligrosos del mundo por el alto número de habitantes que vive en sus alrededores, y el riesgo de que se formen avalanchas que bajen por los ríos que cruzan por los poblados.
Las autoridades afinan planes y rutas de evacuación en caso de una eventual emergencia, entregan tapabocas para la protección de los pobladores y han enviado alimento para ganado a las zonas rurales afectadas.
Estado de excepción
La reactivación del volcán, ubicado a 45 km al sur de Quito, llevó el pasado fin de semana a la evacuación preventiva y voluntaria de 505 personas.
Además, el gobierno decretó el estado de excepción por 60 días para atender la emergencia, lo que le permite liberar fondos, movilizar a las Fuerzas Armadas y censurar de manera previa la información relacionada exclusivamente con el volcán.
Según un estimado de la secretaría Nacional de Gestión de Riesgos, unas 325.000 personas pueden verse afectadas solo por las eventuales avalanchas derivadas del proceso eruptivo.