Una tortuga marina verde bebé fue rescatada en una playa de Sídney, en Australia, con una cantidad tal de plástico ingerido que lo defecó durante seis días, según informó el hospital de vida silvestre del zoológico de Taronga.
La cría de 127 gramos, que por cierto pudo haber muerto, fue encontrada acostada boca arriba en un estanque de rocas cerca de la playa Tamarama. Le faltaba una de sus cuatro aletas, tenía una rotura en otra y un agujero en el caparazón.
Los cuidadores destacaron que, a pesar de estas lesiones, la tortuga parecía estar en buenas condiciones físicas y no presentaba problemas para nadar. “Pero luego comenzó a defecar y defecó plástico durante seis días. No salieron heces, solo plástico puro”, advirtió Sarah Male, enfermera veterinaria del zoológico de Taronga.
“Era todo de diferentes tamaños, colores y composiciones. Algunos eran duros, otros afilados, y con algunos, se notaba que el plástico tenía algo escrito. Esto es todo lo que comen algunas de estas pobres tortuguitas. Hay tanto plástico alrededor que solo lo consumen como su primer alimento”, lamentó.
La enfermera contó que la tortuga ha recuperado su salud y ahora pesa casi 400 gramos. Sin embargo, a pesar del progreso podría estar un año internada antes de ser liberada nuevamente en las aguas costeras.