El Servicio Nacional de Inteligencia (NIS) de Corea del Sur acusó este miércoles (18.2.2016) a Corea del Norte de preparar actos terroristas, en medio de un ambiente de tensión entre ambos países a raíz de la prueba nuclear y el lanzamiento de un cohete espacial del régimen de Kim Jong-un
El NIS sostiene que el líder norcoreano ha ordenado a sus organismos militares y de inteligencia organizar algún tipo de ataque convencional o cibernético, según reveló hoy en el Parlamento el diputado del partido gobernante Saenuri Lee Chul-woo tras reunirse con altos cargos del Gobierno.
Envenenamiento, secuestro o ciberataques
Los preparativos estarían a cargo de la Dirección General de Reconocimiento norcoreana, un organismo del Estado encargado de operaciones de inteligencia en el extranjero y de guerra cibernética, según la versión transmitida en el Parlamento y recogida por la agencia local Yonhap.
El servicio de inteligencia surcoreano considera que los supuestos ataques terroristas de Corea del Norte podrían consistir en el envenenamiento o secuestro de surcoreanos, o bien en ciberataques a corporaciones públicas y privadas.
El NIS no aclaró la procedencia de la información y tampoco es habitual que Corea del Norte perpetre actos terroristas convencionales contra el Sur, aunque existen precedentes que se remontan a los años 80.
Ataques terroristas en Birmania
En 1983 terroristas norcoreanos llevaron a cabo un ataque con bombas en Rangún (Birmania) en el que murieron 21 integrantes de una comitiva gubernamental surcoreana, y en 1987 agentes de Pyongyang colocaron un explosivo en un avión que estalló en pleno vuelo acabando con la vida de 115 pasajeros y tripulantes.
En el caso del ciberterrorismo, instituciones públicas y privadas de Corea del Sur han recibido varios ataques en sus sistemas informáticos los últimos años, y el Gobierno casi siempre ha culpado a Corea del Norte.
La acusación del servicio de inteligencia llega en un momento en que Seúl ha lanzado una intensa ofensiva política contra Corea del Norte como represalia por la prueba nuclear del 6 de enero y el lanzamiento el 7 de febrero de un cohete espacial, considerado una prueba de misiles encubierta.