Hasta el momento, el conteo de votos en el caucus demócrata de Iowa arroja un ajustado empate entre Bernie Sanders y Hillary Clinton.
Bernie Sanders es senador por Vermont, uno de los estados más pequeños, enemigo de las grandes corporaciones, con limitados fondos para su campaña y, por si fuera poco, es un declarado socialista.
¿Qué ofrece el hombre por el que Hillary Clinton podría perder por segunda vez la nominación a la presidencia de Estados Unidos?
Campaña sencilla
Aunque fue elegido al Congreso sin declarar una afiliación partidaria, Sanders participa en las elecciones presidenciales con los demócratas.
Al lanzar su campaña, explicó que si se presentara como candidato de un tercer partido, sus posibilidades de victoria serían menores.
A diferencia de otros candidatos, que anunciaron sus ambiciones presidenciales en espectaculares congregaciones fuera de Washington, Sanders hizo su anuncio desde un podio colocado en un jardín del Capitolio.
Sin música introductoria ni videos esperanzadores, Sanders simplemente caminó hasta el podio, hizo una corta declaración y respondió las preguntas de los periodistas que asistieron.
El Comité Demócrata Nacional se manifestó complacido con el anuncio.
Contra las multinacionales
Sanders fue elegido para la Cámara de Representantes en 1991 y, antes de eso, fue alcalde de la ciudad de Burlington, en Vermont.
Conocido por su agenda política progresista, es un aguerrido defensor de la expansión de beneficios sociales y de aumentar el salario mínimo.
Sostiene que el país atraviesa una crisis más seria que cualquier otro período, desde la Gran Depresión de los años 30.
Es un confeso enemigo de las políticas que han favorecido a las multinacionales y a los grandes inversionistas.
En 2010, durante una sesión del Senado, Sanders despotricó contra la codicia de Wall Street y de las corporaciones al discutir una propuesta de ley para extender una rebaja de impuestos.
Contra los grandes fondos
Que Sanders se identifique como "socialista" lo ha convertido en una ficha particular en la arena política estadounidense, donde esta denominación suele tener una connotación peyorativa.
Esta etiqueta lo ha situado a la izquierda de la mayoría del electorado que vota en las primarias demócratas.
Otro de los retos de Sanders ha sido competir contra la monstruosa maquinaria de influencia y recursos económicos aparentemente inagotables para la campaña de Clinton.
Pero el declarado "socialista demócrata" le rehúye a la gran recaudación de fondos, tan común en los procesos electorales de EE.UU.
"Me pregunto si es posible para un candidato que no sea multimillonario ni esté comprometido con la clase multimillonaria llevar a cabo una exitosa campaña", dijo Sanders cuando lanzó la suya.
"Si ese es el caso, me gustaría que todos ustedes reconocieran el triste estado en que se encuentra la democracia estadounidense".
No obstante, en las 24 primeras horas después de su anuncio, el candidato recaudó más de US$1,5 millones en donaciones por internet.
La contribución fue sorprendente para una campaña que algunos han visto como simplemente anecdótica e incapaz de hacerle mella a la tremenda favorita.
Pero ahora, la retórica sin tapujos de Sanders, que algunos electores han encontrado refrescante, podría dar la sorpresa en Iowa y el resto de primarias.