Finalmente, Hillary Clinton tiene un rival para la nominación por el Partido Demócrata a la presidencia de Estados Unidos.
Es un senador de uno de los estados más pequeños, un enemigo de las grandes corporaciones, con limitados fondos para una campaña y, como si fuera poco, es un declarado socialista.
Se trata de Bernie Sanders, senador por el estado de Vermont, que el jueves 30 de abril anunció que buscará la nominación del partido demócrata para la presidencia de Estados Unidos.
La palabra "socialista" no solo ahuyenta a la mayoría del electorado estadounidense pero, ¿qué esperanza puede tener Sanders frente a la poderosa maquinaria política de Hillary Clinton?
Algunos consideran que la participación del senador de Vermont podría forzar a Clinton a adoptar una postura más hacia la izquierda.
Política izquierdista
Aunque inicialmente fue elegido al Congreso sin haber declarado una afiliación partidista, Sanders participa en el proceso electoral de los demócratas.
Al lanzar su campaña por la nominación demócrata, explicó que si hiciera campaña como candidato de un tercer partido sus posibilidades de victoria serían menores.
Contrario a como otros candidatos anunciaron sus ambiciones presidenciales en espectaculares congregaciones afuera de Washington o a través de internet, Sanders hizo su anuncio desde un podio colocado en el jardín norte frente al Capitolio nacional.
Sin pulsante música introductoria ni videos esperanzadores, Sanders simplemente caminó hasta el podio, hizo una corta declaración y tomó preguntas de los periodistas que asistieron.
El Comité Demócrata Nacional se manifestó complacido con el anuncio.
Sanders primero fue elegido a la Cámara de Representantes en 1991 y, antes de eso, fue alcalde de la ciudad de Burlington, en Vermont.
Conocido por una agenda política progresiva, es un aguerrido proponente de la expansión de beneficios sociales y de aumentar el salario mínimo.
Sostiene que el país atraviesa una crisis más seria que en cualquier período desde la gran depresión de los años 30.
Es un confeso enemigo de las políticas que han favorecido a las multinacionales y a los grandes inversionistas.
En 2010, durante una acción procesal en el Senado conocida como "filibuster", en el que un legislador puede tomar el foro durante horas para obstaculizar una votación, Sanders despotricó contra la codicia de Wall Street y de las corporaciones frente a una propuesta de ley para extender una rebaja de impuestos.
Contra el poderío de Clinton
Que Sanders se identifique como socialista lo convierte en una particular ficha en la arena política estadounidense, donde la denominación "socialista" frecuentemente tiene una connotación peyorativa.
No solo se encuentra a la izquierda de la mayoría del electorado que vota en las primarias demócratas sino, frente a Clinton, estará compitiendo contra una monstruosa maquinaria política de influencia y aparentes inagotables recursos económicos para la campaña.
Pero el declarado "socialista demócrata" le rehúye a la gran recaudación de fondos tan común en los procesos electorales de EE.UU.
"Me pregunto, hoy en día, si es posible para un candidato que no sea multimillonario ni esté comprometido con la clase multimillonaria llevar a cabo una exitosa campaña", expresó Sanders durante el lanzamiento de su campaña.
"Si ese es el caso, me gustaría que todos ustedes reconocieran el triste estado en que se encuentra la democracia estadounidense".
No obstante, el viernes, la campaña de Sanders anunció haber recaudado más de US$1,5 millones en donaciones por internet en las 24 horas desde que anunció su candidatura.
Es una contribución sorprendente para una campaña que algunos ven como simplemente anecdótica e incapaz de hacerle mella a la tremenda favorita.
Pero hay sectores del Partido Demócrata que están buscando una alternativa a Hillary Clinton, a quien consideran demasiado moderada, muy apegada a las corporaciones y definitivamente una hábil manipuladora.
Ha habido llamados para que la senadora Elizabeth Warren de Massachusetts, que también tiene una agenda política progresiva, se lance a la contienda. No obstante, ella ha dicho que no participará.
Sin embargo, Sanders es un liberal curtido, con una retórica sin tapujos que algunos votantes podrían encontrar refrescante y, por lo menos, serviría como un voto de protesta de aquellos en la izquierda que no simpatizan con Hillary Clinton.