Una sola declaración de la canciller alemana Angela Merkel fue suficiente para que, a uno y otro lado del Atlántico, numerosos medios de comunicación y analistas se interrogaran acerca del posible inicio de un nuevo orden mundial.
"Los tiempos en los que (los europeos) podíamos confiar completamente en otros están quedando atrás. He experimentado esto en los últimos días", dijo este domingo Merkel en un evento electoral en Múnich, al sur de Alemania.
"Los europeos debemos forjar nuestro destino con nuestras propias manos", agregó la canciller.
Merkel aseguró que "por supuesto" Europa necesita tener "relaciones de amistad con Estados Unidos, Reino Unido y otros vecinos, incluyendo Rusia". A lo que acotó: "Pero debemos pelear por nuestro propio futuro nosotros mismos".
El principal analista en asuntos internacionales del diario británico Financial Times, Gideon Rachman, escribió que Merkel "estuvo cerca de anunciar la muerte de la alianza de Occidente", mientras que David Frum, editor de la revista estadounidense The Atlantic, afirmó en una columna de opinión que "el viejo orden (mundial) murió".
Medios como el diario británico The Guardian y el canal de noticias estadounidense MSNBC analizaron cómo el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dejó de ser el "líder del mundo libre", título que ahora pertenecía a Merkel.
Hasta Breitbart, el sitio de noticias de extrema derecha estadounidense, se hizo eco de estos comentarios.
Sin embargo, uno de los análisis más incisivos sobre las palabras de Merkel -que la canciller repitió este lunes- fue resumido en tan sólo 140 caracteres.
Richard N. Haass, presidente del influyente centro de análisis de asuntos exteriores estadounidense Consejo de Relaciones Internacionales (CFR, por sus siglas en inglés), tuiteó el domingo: "Merkel diciendo que Europa no puede confiar en otros y necesita tomar los asuntos en sus propias manos es un punto de inflexión y lo que Estados Unidos ha intentado evitar desde la II Guerra Mundial".
70 años de paz
Este jueves Trump acudió por primera vez a una reunión de la OTAN, la alianza militar internacional que llamó "obsoleta" durante la campaña electoral, aunque luego se retractó.
La organización fue impulsada por EE.UU. tras el final de la II Guerra Mundial y Washington es el mayor contribuyente a su presupuesto.
Por eso, existía cierta inquietud de parte de los mandatarios de los países miembros.
¿Qué diría ahora Trump acerca de esta alianza transatlántica que ha contribuido fuertemente en los más de 70 años de paz que vive Europa?
Querían escucharlo reafirmar su compromiso con el artículo 5 del Tratado de la OTAN, en el que se consagra el principio de la defensa colectiva, que establece que un ataque contra uno de los miembros de la alianza será asumido como si fuera un ataque contra todos.
Pero, Trump no manifestó su compromiso o, al menos, no de forma expresa.
Lo que sí hizo el presidente estadounidense fue acusar a la mayoría los miembros de la organización de no invertir lo suficiente en sus presupuestos de defensa.
"A mi juicio, cometió un error", dijo a la BBC este lunes William Cohen, quien fuera secretario de Defensa durante el gobierno de Bill Clinton, además de congresista y senador.
Según Cohen, Trump "enojó a los europeos", lo que contribuyó en las posteriores declaraciones de Merkel.
"El único que puede disfrutar de todo esto es el presidente (de Rusia, Vladimir) Putin y estoy seguro que está abriendo una botella de vodka mientras hablamos, porque esto es algo que ha querido por mucho tiempo: romper la conexión de amistad transatlántica entre EE.UU. y Europa".
"No quiero que tomemos la posición de ser 'Estados Unidos primero y solo'. Nadie quiere poner a Estados Unidos en un segundo lugar, pero sólo podemos ser primeros si tenemos el apoyo de nuestros aliados", afirmó Cohen.
En este sentido, el periodista de política de la cadena estadounidense CNN Chris Cillizza afirmó que "el verdadero potencial para un cambio drástico (por parte del gobierno de Trump) está en la esfera de política internacional".
Las posiciones del presidente de EE.UU. en cuanto al comercio internacional -con una retórica proteccionista- y su negativa a comprometerse con la lucha contra el cambio climático, no ha hecho más que alejarse de muchos de sus socios europeos.
No obstante, hay quienes consideran que quien cometió el mayor error político no fue Trump sino Merkel.
"Peras con manzanas"
Las palabras de Merkel, una líder reservada que suele meditar cada decisión, resultaron especialmente llamativas por haber estado dirigidas a dos aliados de Alemania: Reino Unido y Estados Unidos.
Para Patrick Chovanec, jefe de estrategia de la firma de inversiones Silvercrest Asset Management, el error de Merkel estuvo en poner a Reino Unido y su salida de la Unión Europea (UE), en el mismo nivel que Trump.
"Es mezclar peras con manzanas", tuiteó Chovanec.
La ministra del Interior británica, Amber Rudd, dijo a la BBC: "Le podemos asegurar a Merkel que queremos tener una colaboración profunda y especial, así podremos continuar con una protección amplia en Europa para que todos nos mantengamos seguros de los terroristas de afuera y de aquellos que crecen en nuestro país".
Sobre las negociaciones para la salida de Reino Unido de la UE (el conocido como "Brexit") afirmó: "Seremos capaces de asegurar a Alemania y a otros países europeos que vamos a ser un socio importante en defensa, seguridad y, esperamos, en comercio".
Rachman, del Financial Times, también afirmó que los fenómenos del Brexit y Trump no eran comparables, y agregó: "Al sugerir que la alianza occidental se está desmoronando, Merkel agravó el error que cometió Trump al no manifestar su compromiso con el artículo 5".
Dos extremos
Sin embargo, para Rachman, eso no es lo peor: "Una de las cosas verdaderamente impresionantes de la Alemania moderna es que, más que cualquier otro país, ha reflexionado mucho sobre las lecciones de la historia y las ha aprendido con minuciosidad y humildad".
Por eso "desconcierta" que la canciller anuncie un distanciamiento con Reino Unido y EE.UU., y ponga a estos dos países al mismo nivel que Rusia: "Las resonancias históricas deben ser escalofriantes".
Sin embargo, la revista británica The Economist aportó una mirada más pragmática a las declaraciones de Merkel.
"Los extranjeros a menudo entienden mal a Merkel", dice una columna publicada el domingo. "Ella no es la reina de Europa y no desea serlo. Es una líder y política local cuya creciente estatura internacional siempre opera en función de los intereses y predilecciones de los votantes alemanes".
Las palabras de Merkel, continúa, en verdad "ilustran cuánto Trump y el Brexit han dañado a Estados Unidos y Reino Unido en los últimos meses".
Ahora parece que distanciarse de estos dos países da votos y a cuatro meses de las elecciones en Alemania, Merkel puede simplemente estar aspirando a su reelección en las urnas.