Para Marc Nohr, ser un gerente que trabaja solo media jornada significa que puede pasar más tiempo con su familia y hacer trabajo voluntario.
Forma parte del grupo de alrededor de un millón de personas en puestos de gerencia o de alto nivel que trabajan medio tiempo.
Una cifra que sigue en aumento, de acuerdo con cifras oficiales del gobierno de Reino Unido.
Nohr, director ejecutivo de un grupo de agencias de marketing y comunicaciones en la compañía Miroma, empezó a trabajar solo cuatro días a la semana hace dos años cuando se dio cuenta de que la cantidad de horas que pasaba trabajando era "insostenible".
Pero admite que no todo el mundo está de acuerdo con su decisión y que la mismísima frase de "trabajo de medio tiempo" es considerada por algunos como sinónimo de "flojo" o sin ambición.
"Debo tener cuidado en dependencia de con quién hablo. Hay quienes vienen de una era del 'presentismo'", dice, en referencia a un concepto que se refiere a que las personas vayan a trabajar pese a no ser totalmente productivas por razón de enfermedad o de otra índole.
"Si ese es el mundo en el que creciste, entonces requerirá de un salto mental importante cambiar", añade.
"La cultura de estar siempre conectado"
La consultora Timewise, que promueve el trabajo con horario flexible, analizó cifras de la británica Oficina Nacional de Estadísticas y encontró que el número de trabajadores de medio turno en niveles gerenciales aumentó en un 55% desde 2012.
La firma determinó quiénes entraban en la categoría de "gerente" o trabajador sénior utilizando como referencia un salario de tiempo completo de unos US$52.000 al año.
El incremento en la flexibilidad de horarios se debió, según la consultora, a un cambio de actitud hacia esa forma de trabajo.
"Hace tan solo unos años, la gente rehusaba admitir que trabajaba solo medio tiempo por miedo a ser vistos como menos comprometidos o ambiciosos", dice la cofundadora de Timewise, Karen Mattison.
Mattison advierte, sin embargo, que el esquema de medio tiempo en los puestos de trabajo de nivel más alto es relativamente poco frecuente.
Nohr dice que en su antigua rutina de trabajo "había días en los que entraba a las 7 u 8 de la mañana y todavía seguía en la oficina en la medianoche".
Esa "cultura de estar siempre conectado" no solo afectaba su vida familiar sino también su productividad, dice.
Para empezar, les consultó a sus empleados si podía llevar a cabo un esquema de trabajo de medio tiempo por un periodo de prueba. También ideó un plan para que el flujo de trabajo continuara en su ausencia.
En general, dice que sus empleados han sido muy solidarios. También ayuda que otros trabajadores de la compañía en su mismo nivel comparten esta rutina.
Sin embargo, admite que hay riesgos asociados a esta forma de trabajo y que aunque es bueno establecer límites, también lo es asegurarse de que sus colegas sepan en qué anda.
"Nadie tiene derecho a llamarme el viernes porque no trabajo los viernes. Pero si lo tienen que hacer, lo tienen que hacer", señala en referencia a emergencias laborales.
"Mis hijos eran muy pequeños"
Katie Bickerstaffe es otra ejecutiva que trabaja medio tiempo.
Pronto asumirá un nuevo puesto en la cadena de tiendas por departamento Marks & Spencer, donde trabaja actualmente en un puesto de gerencia. A partir de abril, trabajará solo cuatro días a la semana como directora de estrategia y transformación.
"Desde el día uno dije que quería ese trabajo pero sobre una base de horario flexible", dice. "Y nadie se cayó de su silla", continuó.
Añade que previamente trabajó como directora ejecutiva para Irlanda y Reino Unido de la multinacional Dixons Carphone, también en un esquema de cuatro días a la semana.
"Cuando Dixons se me acercó para proponerme el empleo, les dije que me sentía halagada pero que necesitaba hacerlo solo cuatro días a la semana porque en ese entonces mis hijos eran muy pequeños", dice.
"No les pareció nada del otro mundo y fueron muy respetuosos", agrega.
Como en el caso de Nohr, la ejecutiva añade que hay que ser "realista" sobre el hecho de tener que lidiar con problemas en los días libres. Pero que la motivación de tener tiempo libre a cambio de la buena organización puede ser muy positivo para la moral.
En cuanto a la pregunta de por qué los jefes que trabajan medio tiempo no son tan comunes, Bickerstaffe culpa a la cultura del "presentismo" en algunas compañías, pero también "el miedo a perder el control" entre algunos gerentes.
"Vale la pena apostarle a esto porque se obtienen recompensas", dice. "Obtienes de la gente una gran lealtad y se sienten muy entusiasmados con tener la oportunidad".