Fue la investigación más polémica de su carrera, pero la muerte no le dejó terminarla.

La periodista Daphne Caruana Galizia murió el martes víctima de una bomba en carro alquilado que conducía en la localidad de Bidnija, en el norte de Malta.

"Hay delincuentes dondequiera que mires. La situación es desesperada", fueron las últimas palabras que escribió en su blog, Running Commentary, un rato antes de salir de su casa por última vez.

La entrada comentaba una vista judicial realizada esa mañana en la que el exlíder de la oposición de Malta, Simon Busuttil, y el jefe de gabinete del primer ministro, Keith Schembri, testificaron sobre la presunta apertura por ambos de empresas fantasmas en Panamá.

El caso fue revelado tras la investigación periodística de los Panama Papers, la masiva filtración de documentos confidenciales de la firma de abogados Mossack Fonseca que exponía decenas de casos de corrupción de personalidades relevantes a nivel internacional.

Caruana Galizia, que desde hacía años se dedicaba a denunciar las jugadas oscuras de los políticos en la aparentemente tranquila isla de Malta, fue la elegida para investigar la participación de figuras de su país en las turbias empresas de Panamá.

La periodista descubrió que entre los implicados estaban Busuttil y Schembri, quienes, según su investigación, abrieron un fideicomiso secreto en Nueva Zelanda y luego buscaron un banco que los tomara como clientes.

Reveló, además presuntas conexiones de ambos con el gobierno de Azerbaiyán.

Pero no quedó ahí.

Caruana Galizia denunció a inicios de este año una supuesta trama oscura de pagos entre el primer ministro de Malta, Joseph Muscat, su esposa, Michelle Muscat, y la poderosa familia gobernante azerí.

El escándalo estremeció la isla, al punto que el mandatario se vio obligado a convocar elecciones un año antes de lo previsto.

Finalmente las ganó, por amplia mayoría. Pero la investigación sobre el caso continuó.

De alguna forma, Caruana Galizia se quedó sola.

Sus denuncias incluyeron a políticos, jueces, jefes de la policía... como si las revelaciones de los Panama Papers fueran solo la punta de un iceberg.

Pero la supuesta implicación del primer ministro y su esposa con Azerbayán fue, hasta su muerte, uno de los temas centrales de su investigación.

Pero ¿en qué consistían estas denuncias?

Oscuros pagos

Caruana Galizia reveló que no solo políticos de la oposición y del oficialismo usaban a Panamá como paraíso fiscal sino que Michelle Musca también era, al parecer, una de ellas.

La reportera denunció que la primera dama era beneficiaria de Egrant, una empresa fantasma en Panamá.

Y un detalle más: que había recibido en su cuenta bancaria depósitos de cerca de US$1 millón de Leyla Aliyeva, la hija del presidente de Azerbaiyán.

Joseph Muscat calificó la denuncia como "la mayor mentira en la historia política de Malta" e inició el proceso para demandar a la periodista por libelo.

Pero las dudas estaban servidas y los hechos que siguieron fueron confusos.

La periodista denunció que Pilatus Bank, un pequeño banco maltés, era clave no solo por ser el lugar desde el que supuestamente se realizaron las dudosas transacciones, sino también porque ahí se ocultaban documentos clave sobre los vínculos secretos del gobierno con Azerbaiyán.

Un video filmado por la cadena Net News reveló que, esa misma noche, el jefe del banco llegó llegó a sus oficinas y luego salió cargado de maletas.

Según informó la prensa maltesa, en la madrugada, el hombre despegó hacia Azerbaiyán en un avión privado.

La policía fue enviada al banco a la mañana siguiente y no encontró ningún papel relevante, como había asegurado la periodista.

Tras este caso apareció otro sobre la supuesta compra de pasaportes de Malta, el Estado más pequeño miembro de la Unión Europea, por parte del gobierno azerí.

Ninguna de las denuncias pudo ser probada, pero puso sobre la palestra un tema espinoso de la política local: la todavía oscura conexión de Malta con Bakú.

La energía

Los vínculos entre los gobiernos de Malta y Azerbaiyán se remontan, según la prensa local, a 2013, tras el inicio del mandato de Muscat, quien se convirtió en uno de los principales compradores del petróleo azerí.

De hecho, ese año el consorcio ElectroGas, que incluye a la estatal Socar Trading, de Azerbaiyán, ganó una licitación para construir y operar una central eléctrica de gas natural licuado en Delimara, en el sur de la isla.

No fue todo.

El gobierno maltés se enroló, además, en un contrato de 18 años para convertir a la nación caucásica en su principal fuente de gas natural.

De acuerdo con una investigación del diario Malta Independent, la empresa energética local FA Invest estuvo envuelta en transacciones financieras que, afirman, se vinculaban al presidente azerbaiyano y su familia.

Muchos de los acuerdo fueron firmados durante una controvertida visita de Muscat a Azerbaiyán en 2014. Un año después el auditor general de la isla los cuestionó por haberse firmado por "orden ministerial.

El país caucásico ha sido epicentro de controversias desde 2003, cuando llegó al poder Ilham Aliyev, un político cercano al Kremlin que, según los documentos filtrados durante el Panama Papers, controla junto a su familia casi la totalidad de la banca, las telecomunicaciones, la construcción, la minería y el petróleo del país.

El último escándalo asociado a su cuestionado sistema de influencias estalló en septiembre pasado, cuando el consorcio de periodistas de investigación Proyecto de Reportes de Delincuencia Organizada y Corrupción reveló su trabajo en torno a lo que llamaron "la lavandería de Azerbaiyán".

De acuerdo con este informe, del que se hicieron eco varios medios internacionales, el gobierno azerí manejó entre 2012 y 2014 un fondo secreto de US$2.900 millones para pagar sobornos a líderes, empresarios o figuras públicas europeas y para ejecutar operaciones de cabildeo y lavado de dinero.

La cifra estratosférica, de confirmarse, implicaría que el país caucásico habría cedido para este proyecto alrededor de US$3 millones por día.

"Diplomacia del caviar"

Ya en 2013, la Iniciativa para la Estabilidad Europea, un think tank con sede en Berlín, había denunciado la práctica de lo que definió como "diplomacia del caviar", una estrategia del gobierno azerí para ganar influencia a través de "regalos" costosos, "donaciones" o invitaciones al país de figuras clave de la política europea.

En mayo pasado, un reporte de la Civic Solidarity Platform, una coalición de 50 organizaciones no gubernamentales de derechos humanos de Europa, Asia y Estados Unidos consideró a Malta como una de las principales beneficiaras de la polémica "diplomacia".

"Según nuestras fuentes en Bakú, Malta es considerada por los oligarcas azerbaiyanos como una de las 'provincias' de Azerbaiyán," asegura el texto.

La isla, de acuerdo con la plataforma civil, es uno de los lugares clave donde funcionarios "corruptos" de Azerbaiyán guardan su dinero, junto con Reino Unido, República Checa, Dubái, Suiza, Turquía y Estados Unidos.

La participación del gobierno de Malta en este esquema, sin embargo, queda en suspenso tras la muerte de Caruana Galizia.

Su hijo, quien trató de salvarla del coche en llamas sin éxito, compartió horas después del incidente un largo texto en la red social Facebook en el que denunció lo ocurrido y acusó a la policía maltesa de incompetencia y al gobierno de "impunidad".

"Sí, aquí es donde estamos: en un Estado mafioso en el que puedes cambiar tu género en tu carné de identidad (¡gracias a Dios por eso!), pero donde te vuelan en pedazos por ejercitar tus libertades básicas", aseguró.

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