La Unión Europea podría prohibir el uso del dióxido de titanio, más conocido como colorante E-171, el que suelte ser utilizado para pigmentar de blanco alimentos como chicles, helados y salsas.
La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) consideró que la sustancia puede tener ciertos riesgos para la salud cuando su consumo es frecuente. Debido a lo anterior, la Comisión Europea evaluará si restringe su uso para sus países asociados.
El dióxido de titanio es es utilizado en la producción de papel, pinturas, plásticos, cosméticos, entre otros. En la industria alimentaria es conocido como colorante E-171, el que se usa frecuentemente en chicles, helados, salsas, dulces y productos lácteos, haciéndolos más blancos.
Maged Younes, presidente de la Comisión Técnica de Aditivos y Aromas Alimentarios de la EFSA, señaló a El Mundo: “Hemos concluido que el dióxido de titanio ya no puede considerarse seguro como aditivo alimentario. Un elemento fundamental para llegar a esta conclusión es que no se podía descartar la genotoxicidad tras el consumo de partículas de dióxido de titanio".
"Tras su ingestión, la absorción de partículas de dióxido de titanio es baja, pero pueden acumularse en el organismo”, explicó Younes. El compuesto químico podría dañar el material genético de las células, lo que podría producir efectos carcinógenos (cáncer).
En Francia, su uso está prohíbido desde 2020. Por el momento, la decisión de la continuidad del colorante E-171 no es urgente, pero los miembros de la Comisión Europea deberán analizar las investigaciones científicas a la sustancia.