Desde el Palacio de Planalto en Brasilia, Dilma Rousseff se dirigió al país, en su primera aparición pública desde que el Senado confirmó que llevará adelante un juicio político en su contra.
Con eso, se da paso a la suspensión de la mandataria por al menos 6 meses, tiempo máximo en que el Senado decidirá si cometió o no el crimen del que se le acusa.
"Yo fui electa por 54 millones de ciudadanos brasileños y es en esta condición de Presidenta electa, me dirijo a ustedes en este momento decisivo para la democracia brasileña y nuestro fututo", dijo.
"Lo que está en juego en este proceso no es mi mandato, lo que está en juego es el respeto a las urnas, a la voluntad soberana del pueblo brasileña", agregó.
"Frente a la decisión del Senado, quiero aclarar los hechos y denunciarlos ante el país por un clima fraudulento. Desde que fui electa, parte de la oposición inconformista pidió recontar los votos y pasó a conspirar abiertamente a favor del impeachment, conviertiendo al país en un clima de inestabilidad permanente", dijo Rousseff.
"Me acusan de un crimen que no cometí. Eso tiene un nombre, no es impeachment, es golpe", dijo con fuerza la mandataria.
"Quiero decir a ustedes, que yo tengo orgullo de ser la primera mujer electa presidenta de Brasil", agregó.
"Voy a luchar con todos los elementos legales que dispongo para ejercer mi mandato hasta el fin. Hasta el 31 de diciembre de 2018", agregó la mandataria sacando aplausos de los presentes.
Rousseff realizó la declaración sólo después de haber recibido la notificación de su destitución temporal.
En su cargo como presidente interino mientras dure el juicio político, quedará el ex vicepresidente y su ex aliado, Michel Temer, a quien el Gobierno acusa de haber conspirado en contra de la mandataria brasileña.
Si luego de los 180 días de juicio político, el Senado declara culpable a Rousseff, la mandataria será apartada definitivamente del cargo, dejando a Temer como Presidente de Brasil hasta 2018.
Revisa la declaración de Dilma Rousseff: