“El camino es la reforma, no la revolución”. “Para avanzar de manera persistente hacia una sociedad más justa, libre, igualitaria y fraterna, propia de una democracia más exigente, el camino que propone el Movimiento Amarillos por Chile es el de la Reforma. Si observamos el mundo moderno, los países que han logrado mayores éxitos, tanto en bienestar en las condiciones materiales de existencia, como en la construcción de una convivencia social más igualitaria y, con un alto nivel de respeto a los derechos humanos y al ejercicio de las libertades individuales, vemos que son aquellos que se han desarrollado a través de reformas graduales y no a través de procesos revolucionarios”.
“Certezas en reglas del juego”. “El mercado requiere del Estado. A la vez que certezas en las reglas del juego, regulaciones, límites, controles, y mecanismos que promuevan niveles adecuados de bienestar social. Es sobre esa base que puede existir un Estado Democrático y Social, que permita florecer el emprendimiento, el crecimiento, el desarrollo, la creación de riqueza y una mejor distribución de sus beneficios”.
Condena a la violencia. “Nuestro rechazo a la violencia, en todas sus expresiones es radical. Nada justifica la violencia en democracia; no se debe practicar, ni tampoco proteger buscando razones para ello en las muchas imperfecciones y abusos que existan en la sociedad”.
Orden público. “Apoyamos el monopolio de la fuerza en los organismos legítimamente habilitados para ejercerla. Siempre la ausencia de orden termina perjudicando a los sectores más vulnerables”.
Pluriculturalidad. “En nosotros se expresa el virtuosismo de un Chile integrado, soberano y que se define como un solo país, como una sola nación y en función de aquello asumimos en propiedad la pluriculturalidad que hemos heredado de tiempos ancestrales”.
Herederos de la Concertación. “El Movimiento Amarillos por Chile, surge como un partido nuevo, producto de un movimiento ciudadano que se opuso a una propuesta Constitucional que carecía de las características necesarias para unir a los chilenos y chilenas, que si bien contenía normas rescatables presentaba graves errores y problemas para el devenir democrático de Chile y, por ello el pueblo la rechazó ampliamente. Lo realizó ocupando un espacio reformista y de moderación democrática, abandonado por los partidos de centro izquierda, cuando abrazaron posiciones radicalizadas y alianzas con fuerzas maximalistas. La tarea de proveer a Chile de una nueva y buena Constitución no ha terminado y, culminar la construcción de esa casa común es el primer objetivo para el cual nace nuestro Partido”.
- “No somos un partido sin historia, nos consideramos continuador, ante los nuevos desafíos históricos, de lo realizado por la Concertación de Partidos por la Democracia, que condujo de forma exitosa la salida de la dictadura y dirigió al país durante los veinte años de mayor avance económico, social de la historia de Chile, con errores y límites, por cierto, como toda obra humana.
La cultura de la cancelación. “Es uno de los peligros más preocupantes para el desarrollo y fortalecimiento de la democracia y el pensamiento libre, especialmente en las universidades, el mundo de la cultura y la política de nuestro tiempo. Debemos hacer todos los esfuerzos para erradicarla y enfrentarla con decisión. Su práctica es una expresión inquisitorial de intolerancia y fanatismo, los antivalores por esencia de las ideas que fundan nuestro movimiento”.
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