Cleo Oettingen es una princesa del siglo XXI en el sentido más amplio de la palabra. Se instaló en Madrid hace algo más de un año y ahí vive en una bonita casa en Puerta de Hierro. 

En 2016 se casó con el príncipe Franz Albrecht Oettingen-Oettingen y Oettingen-Spielberg, en un palacio al sur de Alemania, asistió incluso el príncipe Harry, pero el cóctel incluyó empanadas y pisco sour. Porque la novia, Cleopatra, valora su origen chileno.

En revista Velvet revela en su número de junio, la historia y la primera entrevista a un medio local de esta hija de la chilena Lillian-Elena Baetting-Rodríguez (antes casada con el siquiatra Claudio Naranjo) y del barón y artista suizo Louis von Adelsheim.

Cleo nació hace 36 años en Suiza con el título de baronesa y con su matrimonio se transformó en una princesa que hoy destaca por su estilo y por su formación de actriz y porte de modelo.  

Con más de 121 mil seguidores en Instagram, vestida de Dior y con tres hijos, dice que aún extraña la comida chilena, sobre todo, las humitas. “Yo me siento mucho más latina y artista que otra cosa. Lo de los títulos y ese rollo no me define para nada. Es tradición y lo respeto, pero soy mucho más bohemia que conservadora”, cuenta a revista Velvet desde España.

Y aunque la monarquía ya no existe en Alemania, la princesa Cleo dice que “en Oettingen sí tiene relevancia y conlleva una serie de responsabilidades”.

Cuando cumplió dos años, sus padres se separaron y ella vivió en Chile casi una década. Luego ingresó a un internado en Alemania, pasó a Inglaterra, siguió estudios de comunicación en París, cine en Barcelona y, finalmente, actuación en Madrid. En esos años, en una fiesta de disfraces, conoció al príncipe Franz, heredero de una de las casas reales más importantes de la antigua Confederación del Rin.

De sus raíces chilenas, reconoce que mantiene la alegría, que fue lo que más le llamó la atención del príncipe cuando lo conoció. “Es, sin duda, una de las personas más divertidas que conozco”, dice. “Los europeos me dicen que hablo fuerte. No me importa, siempre les digo: ¡es que soy latina!”.

A los 21 años, Cleo protagonizó la película alemana “Prinzessin Maleen”, dirigida por Matthias Steurer y que recoge un clásico de los hermanos Grimm. “Me gusta escribir, actuar y, recientemente, empecé a coleccionar arte. Entre ellos, a artistas chilenos como Guillermo Lorca Garcia-Huidobro y Patrick Hamilton. Me encantan”, dice hoy.

“Me encantó vivir en Chile. Lo que más echo de menos –y por lo que me subiría a un avión al instante– es la alegría y la comida. Sobre todo, las humitas”, afirma la princesa.

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