La Superintendencia de Salud dio el inicio del nuevo proceso de adecuación de los planes de las isapres al publicar en el Diario Oficial el Indicador de Costos de la Salud (ICSA) correspondiente al año 2022.
De esta forma, la entidad fijó un porcentaje máximo que las aseguradoras pueden subir los precios. Este nuevo proceso se da en medio de la crisis que enfrentan las aseguradoras privadas ante el fallo de la Corte Suprema y las primeras señales del gobierno para fijar la fórmula que permita la devolución de -según cálculos que manejan parlamentarios- de unos US$ 1.400 millones.
"Fíjase en 2,6% el porcentaje máximo que las Instituciones de Salud Previsional deberán considerar al momento de decidir el ajuste de los precios base de los planes de salud", sostuvo la Superintendencia en el documento.
De estas forma, las isapres tienen 15 días corridos para informar a la Superintendencia de Salud su decisión de ajustar o no los precios de los planes de salud y, en caso de hacerlo, el porcentaje específico que aplicarán.
En 2021 se estableció que anualmente, la Superintendencia de Salud deberá calcular la variación del costo de la salud que servirá como referencia para las isapres para subir los planes. Con esto, el regulador pone en una juguera los índices de variación de los costos que tienen las prestaciones de salud, de variación de la frecuencia de uso experimentada por las mismas y de variación del costo en subsidios por incapacidad laboral del sistema privado de salud. Asimismo, deberá incorporar en el cálculo el costo de las nuevas prestaciones y la variación de frecuencia de uso de las prestaciones, que se realicen en la modalidad de libre elección de Fonasa y cualquier otro elemento que sirva para incentivar la contención de costos del gasto en salud.
En el proceso anterior, el ICSA fijado fue de 7,6%, cifra que incluyó los dos años de pandemia en que los planes tuvieron congelados.