Fue en una Copa del Mundo, con la atención de millones de personas, que la selección de fútbol de Colombia maravilló con una victoria inolvidable que marcó un hito en el deporte del balón.
No fue en Brasil 2014, sino que ocurrió al año siguiente en Canadá, cuando con goles de Lady Andrade y María Catalina Usme venció 2-0 a Francia para convertirse en la primera selección de habla hispana en superar la fase de grupos de una cita mundialista.
En octavos de final cayó ante Estados Unidos, a la postre campeona, pero Colombia ya había escrito una página gloriosa para la historia de su fútbol.
Imágenes de celebraciones y alegría de una hazaña que contrasta con el presente del fútbol femenino en ese país, sacudido por denuncias de las propias jugadoras de acoso sexual, maltrato, discriminación y desigualdad.
El pasado mes de febrero las futbolistas Melissa Ortiz e Isabella Echeverri, dos referentes de la selección, publicaron una serie de videos en sus cuentas de redes sociales donde decían mostrar las precarias condiciones y negligencias que habían tenido que vivir en el equipo.
Sus palabras sirvieron de mecha para la bomba que terminó explotando días después, cuando fueron revelados supuestos casos de abuso sexual y maltrato en diferentes categorías de la selección nacional, incluyendo de menores de edad.
En el ojo del huracán
La Federación Colombiana de Fútbol, FCF, emitió un comunicado oficial este miércoles tras haber recibido fuertes críticas en su contra, en particular por el silencio que mantuvo durante días tras conocerse las denuncias y las polémicas declaraciones de uno de sus principales dirigentes.
Esta actuación puso al organismo en el ojo del huracán como comenta el corresponsal de BBC Mundo en Bogotá, Boris Miranda.
"Desde que un reportaje periodístico realizado por La Liga Contra el Silencio diera a conocer denuncias de acoso laboral y sexual en una de las divisiones juveniles de la selección colombiana femenina, el caso ha ganado cada día más notoriedad", señala Miranda.
El periodista indica que las nuevas informaciones que se han ido presentando en la última semana ya motivaron a que el Defensor del Pueblo decida intervenir y pedirle explicaciones a la FCF.
Días antes, la vicepresidencia del país también pidió al ente federativo "celeridad" y acciones pertinentes sobre los reclamos y denuncias hechos por las jugadoras del seleccionado.
Miranda añade que esta clase de acusaciones han puesto en entredicho la transparencia con la que se manejan los equipos nacionales de Colombia y la necesaria igualdad de oportunidades que todos los jugadores deberían tener a la hora de competir por un cupo en su selección.
Las denuncias
En la encrucijada que se encuentra el fútbol femenino en Colombia surgen dos turbulentos caminos tras las revelaciones conocidas en las últimas semanas.
Según dio a conocer el artículo de La Liga Contra el Silencio, "dos integrantes de la selección Colombia sub-17, una de ellas menor de edad, presentaron denuncias ante la Fiscalía General de la Nación por acoso sexual y laboral durante las concentraciones previas al Mundial de Uruguay, celebrado en noviembre de 2018".
Una fue la fisioterapeuta Carolina Rozo, la otra la jugadora Angie Lizeth Cano.
En las acusaciones quedaron señalados el entrenador, Didier Luna, y el preparador físico Sigifredo Alonso.
"Un día antes de acabar la concentración me decía comentarios como que estaba muy linda, estás preciosa y uno sabe con qué intención", recordó Rozo sobre los que le decía Luna en declaraciones a la radio colombiana W.
"Se acercó en el almuerzo y me dijo: 'Esta es la mujer que yo quiero para mí, no te descuides porque te voy a robar un beso'".
"Después vino a mi cuarto y me dijo, 'yo te estoy hablando en serio, quiero que seas mi amiga especial'. Me apuntó con su dedo al escudo de la federación y me dijo que podría darme lo que yo quisiera. Tras yo negarme comenzó a sabotearme mi trabajo, a gritarme, a sobrecargarme de trabajo", confesó.
La situación de la jugadora fue dada a conocer por su padre, John Cano, quien explicó que cuando su hija estaba en el sudamericano le decía que no podía hablar "porque la vigilaban".
"Cuando regresó, me contó que el preparador físico, Sigifredo Alonso, intentó entrar a su habitación y abusar sexualmente de ella", dijo a la misma estación radial.
Sus denuncias fueron ratificadas por Rozo, quien comentó que a la jugadora la pusieron en una habitación contigua a la de Alonso que se podían comunicar por una puerta.
"Menos mal que estaba con una compañera. Ella me decía que Cano lloraba mucho y tenía mucho miedo. Decidimos ponerle una silla para trancar la puerta".
Además de estos dos casos vinculados con la selección, también han surgido los testimonios de otras jugadoras como el de una adolescente de 14 años que contó como fue abusada por un entrenador de fútbol que ahora cumple condena en prisión.
- Maltratos, desigualdad
Antes de que surgieran las acusaciones de abuso sexual, Ortiz y Echeverri lanzaron una campaña en defensa de los derechos de las futbolistas revelando pormenores de lo que ellas dicen les tocó vivir en la selección.
"Nos sentimos amenazadas, no nos pagan, ya no nos dan vuelos internacionales, los uniformes son viejos, la federación ha cortado jugadoras por hablar, un empleado trató de venderme mi propia camiseta", contaron.
"No tenemos miedo, estamos aquí para hablar", concluyeron su mensaje promoviendo la etiqueta #MenosMiedoMásFútbol.
Las palabras de las dos jugadoras han contado con el respaldo de otras jugadoras que también han formado parte de la selección y de futbolistas de otros países, tanto de mujeres como de hombres.
Incluso el sindicato de jugadores FIFpro se hizo eco de la denuncia y la Defensoría del Pueblo de Colombia remitió una carta a la Comisión de Ética Independiente de la FIFA manifestando "su preocupación en relación con los presuntos casos de abuso sexual y aparente discriminación en contra de algunas mujeres integrantes de las selecciones nacionales".
Las defensas
Uno de los principales implicados en las acusaciones, el entrenador Didier Luna, emitió un comunicado este jueves rechazando "contundentemente las declaraciones de la señora Carolina Rozo".
Luna asegura que "manifiesta unos hechos que no corresponden a la realidad y que por el contrario son atropellos e injurias a mi vida profesional, familiar y personal".
El exseleccionador resalta sus 40 años vinculados con el fútbol y que el caso está en manos de sus abogados para que "la verdad salga a la luz y la misma reivindique mi buen nombre y el de mi familia ante la opinión pública y la sociedad en general".
En el texto concluye agradeciendo los mensajes de apoyo que ha recibido por futbolistas y deportistas bajo la etiqueta #PorTuBuenNombreDidierLuna.
La federación, por su parte, en el comunicado emitido el miércoles, solicita a la Fiscalía General de la Nación esclarecer cuanto antes los hechos denunciados y reitera su rechazo tajante al acoso sexual y laboral.
"Manifestamos cero tolerancia frente a los actos que de cualquier forma atenten contra la integridad de cualquier miembro de nuestras Selecciones Colombia".
El organismo agrega que si bien no han recibido denuncias o quejar formales en cuanto a lo manifestado por Ortiz y Echeverri, adelantará los trámites que correspondan en la Comisión Disciplinaria que resulte competente.
Sin embargo, el texto no hace referencia a las declaraciones que ha realizado en diferentes ocasiones su vicepresidente, Álvaro González Alzate, quien llegó a calificar la denuncias como "un afán desmedido de figuración y protagonismo inmerecido".
El dirigente también se refirió a que el fútbol femenino en su país dista de ser respetable y fue cuestionado por la Defensoría del Pueblo en su misiva a la FIFA por unas declaraciones en referencia a lo que manifestaron Ortiz y Echeverri
"Queremos pasar la página con las mayores de 25 años y pienso que, puede que esté equivocado, por esos sus retaliaciones", fue la opinión de González Alzate.