Sin necesidad de tomar un avión que los traslade a Roma y de ahí llegar a El Vaticano, los mexicanos pueden desde el miércoles admirar los frescos de Miguel Angel en una réplica de la Capilla Sixtina instalada en Ciudad de México.
Esta es la primera vez que esta iglesia, construida desde hace más de 500 años, es "exportada".
A primera vista, todo, incluso el suelo, parece original en la instalación de 27 metros de alto, 78 de largo y 36 de ancho. Sólo los que se aventuran a tocar los muros se dan cuentan de que es una falsa réplica: las paredes de la "capilla", tapizadas de obras de Miguel Angel, son en realidad simples lonas impresas.
Para reproducir los frescos con semejante exactitud, un equipo de fotógrafos se encerraron en la Capilla Sixtina durante 170 noches. Tomaron imágenes del edificio con todos sus detalles y después las imprimieron en una tela.
AFP
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