Tienen entre 65 y 95 años de edad y pese a su estado de salud, todavía están esperando jubilar. Denuncian que deben seguir trabajando, ya que el Estado aún no les paga el bono de incentivo al retiro, comprometido por ley, para profesores y asistentes de la educación. Desde el 2016 a la fecha, sólo se han pagado 500 cupos de los 3 mil que se deberían haber concretado.
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