Es un fenómeno que tiene en jaque a la comuna de El Quisco. El tranquilo balneario suma y suma denuncias de casas tomadas por sujetos que actuarían organizadamente para adueñarse -principalmente- de segundas viviendas. Una realidad que indigna a los reales propietarios, atemoriza a sus vecinos y que se expande por el litoral central.
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