Todo ocurrió cuando un fanático del cuadro brasileño que se alojaba en el mismo hotel donde estaba el elenco ecuatoriano optó por mofarse de la caída por 4-0 sufrida en Copa Libertadores. Los jugadores reaccionaron primero dándole un un golpe de puño y luego comenzó una persecución de gran parte del plantel para embestir al barrista.
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