Las últimas generaciones de seres humanos han experimentado el mayor aumento en la expectativa de vida en la historia de los primates.
No solo vivimos más, sino que nuestras vidas son mucho más saludables que antes.
Las razones de este incremento son relativamente obvias: se debe en gran parte a los avances en medicina y en salud pública, que han mejorado las chances de supervivencia de los bebés y reducido el número de muertes por enfermedades en los primeros años de vida.
En los últimos 200 años, por ejemplo, la expectativa de vida en Suecia pasó de ser de unos 30 y tantos años a más de 80.
Es decir, un bebé que nace hoy en Suecia puede vivir más del doble de años que uno nacido en el siglo XIX
Sin embargo, pese a que este aumento ha sido dramático, la brecha que existe entre la longevidad de los hombres y la de las mujeres casi no se ha reducido, señala un nuevo estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
"Y no solo está presente en los humanos", le explica a BBC Mundo Fernando Colchero, investigador del centro Max Planck en Dinamarca y coautor del estudio, "sino también en los demás primates".
Diferencias de género
¿Pero a qué se debe esta brecha que no ha dado signos de acortarse con los años?
"La desventaja masculina tiene profundas raíces evolutivas", explica Susan Alberts, profesora de Biología de la Universidad de Duke, en Estados Unidos.
Pero no sabemos exactamente a qué se debe, aclara.
No obstante, hay varias hipótesis sobre el origen de esta diferencia que pueden ponerse a prueba, le dice Alberts a BBC Mundo.
"Una posibilidad es que los hombres toman más riesgos que las mujeres", y esto podría explicar las muertes más prematuras.
Un ejemplo de este comportamiento es el hábito de fumar, señala la investigadora.
"Los hombres fuman más que las mujeres y sabemos que fumar es el hábito más dañino que se conoce para la salud. Uno podría decir que fumar es un comportamiento riesgoso y eso ilustra cómo los hombres asumen más riesgos que las mujeres", explica Alberts.
"No me sorprendería que esto pudiese explicar la diferencia de expectativa de vida entre hombres y mujeres en Rusia (que ronda los 12 años), pero aclaro que esto es solo una hipótesis", dice la investigadora.
Otra explicación posible pone el acento en la genética.
Las mujeres tienen dos copias del cromosoma X, mientras que los hombres tienen solo una, dice Alberts. Eso quiere decir que "si hay genes en el cromosoma X que son cruciales para la supervivencia, las mujeres corren con ventaja".
Y una tercera posibilidad, "es que los hombres tengan sistemas inmunológicos menos efectivos que las mujeres", agrega la investigadora.
Por muchos años más
Tras compilar los registros de nacimientos y muertes de más de un millón de personas en todo el mundo desde el siglo XVIII hasta el presente y combinar estas mediciones con datos similares para seis especies de primates silvestres, los investigadores comprobaron además que la esperanza de vida tiende a seguir creciendo.
Por otro lado "no encontramos que haya un límite de hasta cuántos años podemos vivir", le dijo a BBC Mundo Fernando Colchero, contradiciendo un polémico estudio publicado recientemente en la revista Nature.
Dicho estudio asegura que hay un límite a la expectativa de vida de los seres humanos que se ubica alrededor de los 115 años.
"No decimos necesariamente que no lo haya, pero no encontramos evidencia para ese límite como lo plantea el estudio de Nature", añade el científico.
En cuanto a acortar la brecha entre hombres y mujeres Susan Albert cree que es posible.
"Creo que las posibilidades de los hombres alcancen a las mujeres son enormes. Sólo tenemos que entender las causas que dan lugar a esas diferencias", dice la investigadora.
"Una vez que las comprendamos, podremos mitigar algunas de las desventajas".