Aún es difícil de creer que una artista que inmortalizó los últimos hits pop de los años 90 como "…Baby one more time" o "(You drive me) Crazy" se haya transformado en la caricatura artística que conocemos hoy. Pero Britney Spears tocó fondo, y la historia comenzó hace exactos diez años con una triste fotografía.
El 18 de mayo de 2006, la "Princesa del pop" salió del hotel donde se estaba alojando. El Ritz-Carlton de fondo, su pequeño hijo Sean Preston en su brazo izquierdo y en la mano derecha un vaso con bebida.
La prensa había roto su romance con la cantante, después de que la música pasara a segundo plano, y solo la seguía como objeto de polémicas.
Britney apuró el paso y gritó a los fotógrafos "Esta es la razón por la que necesito una pistola".
Segundos después, intentando llegar a su vehículo, Sean Preston casi se le arrancó de los brazos y el personal del hotel la apoyó para que no ocurriera un accidente.
Terminado el incidente, Britney Spears fue con su hijo a FAO Schwartz, la juguetería más reconocida de Nueva York. Después a un restaurante cercano.
Allí, los fotógrafos retrataron su frustración.
Ese sería el comienzo de su crisis del 2007, año en el que se rapó, atacó a los fotógrafos con un paraguas y todos esos escándalos que la cultura pop jamás olvidó.