El acalorado debate racial que genera la primera Miss Japón negra
Los concursos de belleza suelen ser desmerecidos por muchos como algo frívolo y sin importancia.
Pero la más reciente edición de Miss Japón sacudió al país asiático, y aún genera olas.
El motivo es que el certamen lo ganó alguien muy alejada de los cánones tradicionales de belleza nipona.
La reina electa fue Ariana Miyamoto, una joven de 20 años que tiene la particularidad de ser de raza mixta.
Su madre es japonesa y su padre afroestadounidense.
El triunfo de Ariana, a mediados de mayo, puso el foco sobre un problema del que no se habla mucho en Japón: el racismo.
La propia joven contó que decidió presentarse al concurso después del suicidio de un amigo, que también era mestizo.
“Tenía 20 años y sufría de problemas de identidad”, contó a la agencia de noticias española EFE.
“Cuando murió decidí que tenía que hacer algo al respecto”.
Hafu
Ariana es la primera japonesa mestiza que representará al país en el certamen de Miss Universo.
En Japón a alguien de raza mixta lo llaman hafu (palabra que viene de “medio”, en inglés).
Según el corresponsal de la BBC en Tokio, Rupert Wingfield-Hayes, de esta forma los locales definen a alguien que “no es extranjero pero tampoco completamente japonés”.
Ariana contó a los medios después de su triunfo que a pesar de que nació y vivió toda su vida en Japón, muchos cuestionan su origen.
“Cuando digo que soy japonesa la gente me responde: ‘no puede ser’. No lo creen”, relató.
Su triunfo generó toda una ola de repercusiones negativas en las redes sociales niponas.
“¿Está bien elegir a una hafu para ser Miss Japón?”, cuestionaron algunos.
“Me incomoda pensar que ella representa a Japón”, dijeron otros.
Homogéneo
Lo cierto, según Wingfield-Hayes, es que la sociedad japonesa tiene una visión muy limitada de lo que significa ser japonés.
“Lo que veo en las calles de Tokio es un lugar muy monoétnico”, contó.
“Los japoneses suelen creer que son únicos pero esto no es cierto: son una mezcla étnica... parte coreanos, parte chinos”, explicó.
“No obstante, el mito es fuerte y eso hace que ser distinto sea difícil”.
Futuro heterogéneo
Las estadísticas muestran que Japón ya no es el país homogéneo que muchos creen.
Uno de cada 50 niños nacidos en el país es birracial.
Eso equivale a unos 20.000 bebés cada año.
“Japón está cambiando”, dice Wingfield-Hayes.
Sin embargo, hoy la visión sigue siendo conservadora.
Un ejemplo de ello es la escasa atención mediática que suscitó el triunfo de Ariana en su país.
“Definitivamente recibo más atención desde fuera de Japón”, contó la joven a la BBC.
“Cuando camino por las calles aquí ningún japonés me reconoce, pero muchos turistas extranjeros me frenan para felicitarme”, relató.
La gran pregunta que se hacen muchos ahora es qué pasará si Ariana logra alzarse con la corona de Miss Universo, que se disputará a comienzos de 2016.