Cada vez está más extendido comprar online. Y es que, las ventajas son obvias: es rápido, evitas pelear por el producto que quieres en un centro comercial atestado, y tampoco tienes que cargar las bolsas de regreso a casa. Además, hay métodos de pago a la medida de cada cliente.
Sin embargo, no todos son igual de seguros, ni para el comprador ni para el vendedor.
BBC Mundo te los enumera, del menos al más fiable.
1. Envío de efectivo
Es, sin duda, el modo menos recomendado para pagar por un producto encontrado en internet. Y es que el riesgo es evidentes: que el dinero jamás llegue a destino. O que ni siquiera se haya mandado.
Enviar dinero no es un buen plan.
Por eso, sitios de subastas online como eBay no permiten esta opción.
2. Giro postal
Este sistema consiste en el envio de una cantidad de dinero especificando el lugar y la identidad de la persona a la que se paga.
El efectivo se entrega a la empresa que ofrece el servicio, generalmente un operador postal.
Esta cobra una tasa por la prestación, calculada en base a la cantidad transferida.En la oficina de pago de la compañía se reciben los detalles del monto y de quién debe recibirlo.
Sin embargo, varios sitios de compraventa en internet no aceptan este tipo de transferencias, que ofrecen también compañías como Western Union o MoneyGram.
Además, con los giros es muy difícil recuperar el dinero en caso de fraude.
3. Cheques
Existen varios tipos de cheque; los personales, los bancarios, o los certificados.
El mayor riesgo de usar cheques es para el vendedor.
Y suelen aceptarse en operaciones con vendedores particulares, cuando estos no tienen la infraestructura necesaria para cobrar el importe con un método electrónico.
Pero, a su vez, es un sistema poco recomendable para ellos, ya que el riesgo de fraude es algo siempre presente.
Esto es, el vendedor podría haber enviado el producto para cuando recibiera el cheque. Y al ir al banco a cobrarlo, podría encontrarse con que no tiene fondos o que es falso.
4. Contrareembolso
Es uno de los sistemas más tradicionales cuando la transacción se realiza en persona.
Se utiliza sobre todo cuando la transacción se realiza en persona.
Primero el vendedor y el potencial comprador se ponen en contacto vía internet, cuando el segundo muestra interés por un producto que ofrece el primero.
Y después acuerdan una cita para completar la transacción de forma presencial. Lo más común en estos casos suele ser entregar el dinero en mano, a cambio del objeto ofertado online.
5. Transferencia bancaria
Suele utilizarse en los casos en los que se indica una cuenta corriente en la que ingresar el monto de la compra antes de gestionar el pedido.
Para el vendedor es una opción segura, ya que las entidades bancarias certifican que el comprador ha realizado el pago, tras entregarlo en efectivo en una oficina del banco o mediante una transferencia desde su propia cuenta.
Podría no ser la mejor opción para el comprador.
Sin embargo, para el comprador podría no ser la mejor opción.
Y es que, en caso de sufrir alguna incidencia con el envio, podría ser difícil de demostrar. Y, además, el vendedor ya habría cobrado.
6. Tarjetas de crédito o débito
Es el método más común y uno de los más seguros. La mayoría de los sitios web de compra y venta suelen aceptar tanto pago con tarjetas de crédito (Visa, MasterCard o American Express, entre otras), y también con la de débito (Visa Electron o Maestro).
Es un sistema fiable, por estar doblemente protegido.
Este sistema suele estar doblemente protegido: por la compañía que emitió la tarjeta y por las entidades bancarias a través de las cuales se hace el pago.
Hubo un tiempo en que no era tan seguro. Fue antes de que se generalizara el chip. Y es que los fraudes por duplicación de la banda magnética comenzaron a ser frecuentes.
7. Pago online sin tarjeta
El más conocido de estos tipos de pago es PayPal, una empresa estadounidense fundada por Peter Thiel y Elon Musk, entre otros.
Esta actúa como un intermediario entre el comprador y el vendedor.
Para utilizar el sistema hay que registrarse y vincular una tarjeta de crédito, débito o una cuenta corriente a la cuenta de PayPal.
El vendedor deposita el dinero en la cuenta de PayPal del vendedor.
Y éste sólo conocerá el número de referencia de la operación que le facilitará la compañía, no los datos bancarios o el número de tarjeta del comprador.
Además, al contrario de lo que ocurre con otros sistemas de pago, si el comprador no recibe la mercancía o ésta no se ajusta a la descripción de la web, PayPal puede retener el importe de la compra hasta que se resuelva el conflicto.
Y si finalmente no se lleva a cabo la transacción, permite que el comprador recupere el dinero.
Puede que PayPal sea la herramienta más popular de este tipo, aunque también está Google Wallet, creada por Google en 2011 y que desde 2013, tras la integración con Gmail, permite a los usuarios enviar dinero a través de archivos adjuntos de Gmail.
Y Amazon Payments, lanzado en 2007 pero que solo se puede usar en transacciones realizadas en la web de la compañía estadounidense.
Si la compra se realiza en eBay, tanto el comprador como el vendedor tendrán que someterse a sus reglas de juego. La principal es que las operaciones comerciales que se inicien en el sitio web terminen allí mismo.
Esto es, si el vendedor ofrece completarla de forma privada fuera de ámbito de eBay, el comprador quedaría expuesto a fraudes y sin posibilidad de reclamar nada a la empresa.
Pero, por encima de esto, están las reglas básicas dictadas por el sentido común: asegurarse de qué se compra, a quién y cuánto deberían cobrar exactamente por ello.