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"Friluftsliv": el curioso concepto que define la pasión de los países nórdicos por el aire libre

"Friluftsliv": el curioso concepto que define la pasión de los países nórdicos por el aire libre
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De acuerdo con un refrán sueco, no hay clima malo, sino ropas malas. Pese al frío, muchos en Escandinavia son apasionados de las actividades al aire libre, un hábito que algunas empresas fomentan entre sus trabajadores. ¿Cuál es el origen del friluftsliv, el llamativo término, concepto que define esta afición?

El termómetro indica menos 2º centígrados. Una alfombra de hierba con escarcha cubre las rutas de senderismo que serpentean por el bosque de Ursvik, un barrio de Estocolmo situado al lado del centro tecnológico y científico de la capital sueca, Kista.

Sin embargo, a pesar de las gélidas temperaturas, a la hora del almuerzo se puede ver por la zona a muchísimos caminantes y corredores.

"Lo hacemos todo el año. Te da mucha energía", explica Tina Holm, científica de la sede nórdica de la firma farmacéutica y cosmética Perrigo, mientras se entrena con el club de corredores de su empresa. "En Suecia tenemos un dicho que reza: 'No hay clima malo, sino ropas malas'".

"Disfrutar del verde, del agua y de los bosques es una parte muy importante de nuestras vidas", agrega el desarrollador de envases Bo Wahlund, que se encarga de organizar el grupo. "Fortalece las habilidades mentales y físicas".

Los escandinavos aman tanto la naturaleza que su pasión tiene hasta nombre propio: friluftsliv. La expresión significa literalmente "vida al aire libre" y fue popularizada en la década de 1850 por el dramaturgo y poeta noruego Henrik Ibsen.

El autor de "Casa de muñecas" utilizó el término para describir la importancia de pasar tiempo en lugares remotos para el propio bienestar físico y espiritual.

Hoy en día, suecos, noruegos y daneses usan esta expresión de manera más amplia para referirse a actividades tan distintas como correr en el bosque a la hora del almuerzo, ir al trabajo en bicicleta (o, cuando nieva, en esquí de fondo), reunirse con amigos en una sauna junto al lago (con chapuzón en el agua fría incluido) o simplemente relajarse en una cabaña de montaña.

El concepto está estrechamente relacionado con el "allemansrätten", es decir, el derecho a vagar. Todos los países escandinavos tienen leyes similares que le permiten a la gente caminar o acampar prácticamente en cualquier lugar, siempre y cuando muestren respeto por la naturaleza, la vida silvestre y los lugareños.

Al aire libre

"En los países nórdicos la tradición de disfrutar de la vida al aire libre se remonta a hace mucho tiempo y está muy arraigada en nuestra cultura, ya que tenemos mucha tierra y poca población", explica Angeliqa Mejstedt, que desde la ciudad de Västerås dirige uno de los blogs de vida al aire libre más importantes de la región, "Vandringsbloggen".

"Incluso después de convertirnos en una sociedad más urbanizada, seguimos teniendo este anhelo de volver a la naturaleza", afirma la autora del blog, que también trabaja como asesora para empresas y nuevos inmigrantes sobre la historia y los beneficios del friluftsliv.

"Durante los últimos 100 años muchas organizaciones como los Scouts y las oficinas de turismo organizaron y educaron a las personas sobre cómo y por qué pasar tiempo al aire libre".

Sólo en Suecia, un país de 10 millones de habitantes, hay 25 asociaciones sin ánimo de lucro ligadas al friluftsliv, con 1,7 millones de miembros distribuidos entre los 9.000 clubes locales y regionales.

Según los datos de la agencia estadística del gobierno, alrededor de un tercio de los suecos realiza actividades al aire libre al menos una vez a la semana. Y más de la mitad de la población tiene acceso a una casa de verano en el campo o en la costa.

Un hombre corre en la nieve.
Un hombre corre en la nieve.

Muchas empresas escandinavas incluso incentivan a sus empleados a pasar más tiempo al aire libre en horas de trabajo.

La brillante ropa deportiva que lucen los trabajadores de compañías farmacéuticas como Wahlund y Holme sugiere que nos les hacen falta las recomendaciones de sus jefes para programar sus ejercicios.

Sin embargo, su club logra reunirse todas las semanas porque la política de la compañía les garantiza 90 minutos de actividad todos los miércoles.

Nadie está obligado a hacer ejercicio, pero la mayoría del personal lo practica, y son muchos los que incluso se dirigen al bosque vecino.

A Wahlund le parece gracioso que "compañías modernas como Apple o Google" acaparen titulares por probar iniciativas similares, y asegura que "en Suecia es lo habitual, hay muchas empresas que lo hacen".

Decidir cuándo trabajar

Desde hace años en Escandinavia las políticas gubernamentales fomentan que ambos padres se involucren en la vida familiar, y esto hace que los horarios flexibles sean algo muy común.

Como consecuencia, también las empresas privadas dan a sus empleados la oportunidad de disfrutar de sus pasiones, incluida la actividad al aire libre, de forma más regular.

"Tenemos un ambiente de trabajo muy libre y creemos que nuestros empleados trabajan mejor cuando deciden cuándo trabajar", explica Jakob Palmers, cofundador de Graphiq, una agencia de diseño con sede en la capital noruega, Oslo.

"Eso significa que las personas pueden ir a disfrutar del friluftsliv cuando sale el sol y trabajar cuando está oscuro".

La compañía también realizó pruebas piloto de reuniones al aire libre en un estanque cercano y planea hacerlo más a menudo cuando vuelva el calor de la primavera. "Cuando sales de la oficina logras en seguida una perspectiva diferente sobre los asuntos", dice Palmers.

Existen incluso exenciones de impuestos para las firmas que incentivan el friluftsliv. De esta manera, compañías en Suecia y Finlandia pueden subsidiar las actividades deportivas del personal. Al mismo tiempo, algunas empresas finlandesas han empezado a pagar bonificaciones a los empleados que van al trabajo caminando o en bicicleta.

¿Algo está cambiando?

Sin embargo, si bien todo esto demuestra claramente que la obsesión escandinava por el friluftsliv está más arraigada que las raíces de los omnipresentes abedules, hay también indicios de que, en una de las regiones más digitalmente avanzadas de Europa, las cosas están empezando a cambiar.

Gracias a una banda ancha superrápida y a la amplia cobertura móvil 3G o 4G, no hay prácticamente ningún rincón donde no lleguen las llamadas telefónicas, los emails o las notificaciones de Slack (una herramienta de colaboración basada en la nube).

La globalización hizo que un número creciente de empresas nórdicas necesiten estar en contacto con colegas y clientes que operan en diferentes zonas horarias.

Si bien es verdad que algunos celebran la libertad de trabajar o revisar mensajes "donde sea y cuando sea", también hay otros más críticos con esta "nueva ola".

El sindicato más grande de Suecia, Unionen, denuncia por ejemplo que un número creciente de sus miembros se sienten cada vez más estresados y no consiguen relajarse durante los fines de semana y los días festivos, tal como lo hacían en el pasado.

"Somos personas muy trabajadoras y muy leales, y esa lealtad significa que algunos de nosotros trabajamos demasiado en situaciones inadecuadas, incluso mientras estamos navegando en velero o veraneando", dice Peter Hellberg, vicepresidente del sindicato.

"Estoy programando mi friluftsliv ahora mismo. Antes, simplemente, salías a la calle. Ahora, en cambio, a veces me sorprendo a mí mismo pensando: 'Vaya, tengo tiempo para mi paseo al aire libre el viernes a las 5'", se queja.

También le preocupa que el reciente auge de las start-ups en la región ha traído una nueva generación de empresarios que no saben cuándo tienen que dejar de trabajar.

"Diez mil de nuestros miembros trabajan por cuenta propia. No tienen a nadie con quien hablar o intercambiar ideas para poder darse cuenta de cuándo están llegando al límite".

Dos personas a caballo.
Dos personas a caballo.

Sin embargo, otros argumentan que lo que pasa es simplemente que los escandinavos más jóvenes están descubriendo nuevas maneras de desconectar y recuperar energía, aunque durante periodos más cortos.

"Creo que lo que pone verdaderamente en crisis el concepto de friluftsliv es que los de mi generación no queremos estar durante mucho tiempo en el campo sin hacer nada", dice Hjalmar Nilssonne, CEO de la start-up sueca de energía renovable Watty.

"Queremos hacer cosas emocionantes, queremos viajar, queremos ir a conocer nuevos lugares, conocer gente nueva".

Con respecto a la relajación, Nilssonne afirma que la meditación, los retiros silenciosos e incluso las drogas psicodélicas son, al menos en el mundo de las start-ups, una alternativa más popular que los tradicionales pasatiempos al aire libre.

"Este interesante tipo de contracultura está en pleno desarrollo. Creo que quizás nosotros, nuestra generación, al menos en las grandes ciudades, estamos encontrando formas similares al friluftsliv, tal vez más con un carácter más espiritual".

Una filosofía exportable

Las estadísticas suecas confirman que la cantidad de tiempo que los jóvenes pasan al aire libre bajó ligeramente en las últimas tres décadas. Alrededor de un 25% de ellos disfruta ahora del campo o del bosque al menos una vez a la semana, en comparación con el 29% de principios de los 80.

Sin embargo, Angeliqa Mejstedt insiste en que el éxito de su blog -además de las más de 100 caminatas que organizó en 23 lugares distintos el año pasado- es una señal de que el friluftsliv continúa inspirando a los jóvenes escandinavos y de que el concepto encontró nuevas formas de prosperar en un mundo cada vez más digital.

"Cuanto más tiempo pasamos delante de una pantalla, más necesitamos volver a lo básico. Pero creo que lo digital también puede ayudarnos. Por ejemplo, es más fácil planificar aventuras a través de una aplicación ", dice.

"Yo encontré otro aliciente en la fotografía, porque aumenta mi interés por estar al aire libre, y creo que podría funcionar para otros también".

Y aunque otros países no tengan la misma historia o infraestructura para la promoción del friluftsliv, Mejstedt está convencida de que se trata de un concepto que se puede exportar fácilmente.

"Si tienes tiempo para ver Game of Thrones en Netflix, también tienes tiempo para estar al aire libre. Es una cuestión de qué prefieres hacer", argumenta.

"Ver la naturaleza realmente agrega valor a la vida cotidiana", concluye.

 

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