Se ha vuelto común que cada vez que entramos a una nueva página, aparezca en pantalla una notificación que nos advierte el uso de cookies y que debemos aceptarlas para seguir navegando. Esto lo hacemos a diario y, por lo general, no todos saben qué son y para qué sirven.
Las cookies son pequeños archivos de texto que los sitios colocan en tu dispositivo cuando los visitas. Estos archivos tienen diversos propósitos, como recordar tus preferencias de navegación, mantener tu sesión iniciada o recopilar información sobre tus hábitos de navegación para fines publicitarios o de análisis.
¿Cuáles son los riesgos de las cookies?
Las cookies en sí mismas no son peligrosas, pero pueden plantear algunos riesgos de privacidad y seguridad, siempre y cuando lleguen a las manos equivocadas, como las de los ciberdelincuentes, que pueden sacar bastante provecho de tu información.
Por ejemplo, las cookies de seguimiento pueden ser utilizadas por terceros para rastrear tu actividad en línea y crear perfiles de usuario detallados, lo que podría comprometer tu privacidad.
Además, éstas también pueden ser utilizadas en ataques de phishing o para realizar seguimiento de sesiones no autorizadas si son maliciosamente manipuladas. Sin embargo, es muy poco probable que llegue a ocurrir, porque las páginas cuentan con varias medidas de seguridad para evitar su filtración.
¿Me puedo negar a las cookies de las páginas?
Cada usuario de internet tiene derecho de negarse a aceptar las cookies, que se pueden controlar a través de la configuración de privacidad de tu navegador. Se puede configurar para bloquearlas a todas, aceptar solo algunas o habilitar notificaciones cada vez que las cookies aparezcan.
Sin embargo, se debe tener en cuenta que algunas páginas las requieren sí o sí para funcionar correctamente, como por ejemplo, las de sesión son necesarias para mantener tu cuenta abierta en un sitio, mientras que otras pueden ser utilizadas para recordar tus preferencias de configuración o para proporcionar contenido personalizado.