Asegurando que hay que preguntarse "por qué se debilitó el Estado de Derecho" en Chile, y que pese a esto el gobierno no comparte los dichos emitidos en 2015 por Mauricio Rojas, el Presidente Sebastián Piñera, aceptó la renuncia del ahora ex ministro de las Culturas y las Artes al cargo, a cuatro días de ser nombrado y luego de la polémica por haber calificado como "un montaje" al Museo de la Memoria y los Derechos Humanos.
En un punto de prensa en el que no aceptó preguntas, el Mandatario indicó que "tampoco compartimos la intención de ciertos sectores en nuestro país que pretenden imponer una verdad única y que no tienen tolerancia ni respeto por la libertad de expresión y la libertad de opinión de nuestros compatriotas".
Pese a asegurar que las violaciones a los derechos humanos durante la dictadura fueron "lamentables, graves, e inaceptables", Piñera agregó que "es bueno en nuestro país preguntarnos con la misma libertad y analizar con objetividad, profundidad y buena fe por qué se debilitó la democracia, el Estado de Derecho en nuestro país, por qué la convivencia entre los chilenos y la amistad cívica se transformó en odios y divisiones tan profundas, por qué se legitimó el uso de la violencia en el ejercicio de nuestra democracia".
El Mandatario puntualizó además que "ninguna de estas preguntas ni sus respuestas justifican bajo ninguna circunstancia los graves, injustificados e inaceptables atropellos a los derechos humanos ocurridos en el pasado en nuestro país, pero sí creemos que lass preguntas y respuestas pueden significar importantes luces y valiosas enseñanzas para asegurar que nunca más en nuestro país hechos como los que hemos mencionado no vuelvan a ocurrir".