El desembarco de Bachelet en la carrera presidencial
Ocho actividades. Ocho discursos. Ocho intervenciones públicas, desde el día de la primera vuelta presidencial el 19 de noviembre, donde la presidenta Michelle Bachelet ha defendido la continuidad del “proceso de transformaciones”. Con diferentes palabras, con matices, pero el mensaje es el mismo. En la última de ellas, en la ahora emblemática comuna de Puente Alto, la mandataria se bajó de su auto abotonándose un delantal blanco. A diferencia de otras ocasiones, en que la apretada agenda obliga a acelerar el tranco, esta vez, se tomó su tiempo para sacarse selfies y compartir con la gente.
En cada discurso, desde el 19 de noviembre, Bachelet ha defendido su “legado” como lo viene haciendo de un tiempo a esta parte. Pero, tras los comicios, algo cambió.
Tras los resultados que dejaron a Sebastián Piñera con el 36,64% de los votos, a Alejandro Guillier con el 22,70% y a Beatriz Sánchez con el 20,27%, en La Moneda se convencieron y la propia mandataria habría tomado nota de que ella fue la gran ganadora de las elecciones.
La votación de todos los candidatos de la centroizquierda, aunque no es unívoca, fue interpretada en La Moneda como una señal de que más de la mitad de los chilenos que votaron quieren seguir en la senda de las “reformas”. A ello se suma el cálculo de que los candidatos al Congreso ligados a la imagen de la presidenta, terminaron celebrando: particularmente clave fue la elección como senador de Álvaro Elizalde en el Maule, así como de Marcelo Díaz en el distrito de Valparaíso o la de la propia Ximena Rincón, todos con pasado en el gabinete del actual gobierno.
Con este análisis en la mano, la presidenta inició su "desembarque" en la carrera presidencial, y su puntapié inicial fue la reunión que sostuvo con el periodista en La Moneda el martes de la semana pasada.
Las primeras huellas quedaron impresas también en el rápido apoyo de la DC a Alejandro Guillier “sin condiciones”, lo que fue monitoreado y empujado desde La Moneda el lunes después de los comicios.
Pero el miércoles, hubo otra señal fuerte: la presidenta había cambiado de ánimo. Una entrevista en Mega fue la prueba más contudente. Por primera vez en mucho tiempo, la mandataria reforzó el “diagnóstico” que dio origen al sello de su gobierno.
“La tesis de muchos es que yo me había equivocado en el diagnóstico (para promover las reformas), pero las últimas elecciones demostraron que éste no era equivocado”. Además, advirtió que no está "en campaña, estamos defendiendo lo que hemos hecho", acusó al ex Presidente de "criticar nacionalmente e internacionalmente lo que el gobierno ha hecho" y llevó información de respaldo, la que mostró para retrucar públicamente a Piñera.
La nueva sincronía
Pero la primera vuelta no sólo inició el reordenamiento del oficialismo tras la candidatura de Alejandro Guillier. En paralelo, el comando del abanderado sufrió una reestructuración para enfrentar el balotaje, y ambos factores facilitaron el despliegue de Bachelet.
Desde el comando de Guillier confirman a T13 Semanal que "los canales de comunicación con La Moneda han mejorado", en particular con la vocera de gobierno, Paula Narváez, y la jefa de gabinete de la Presidenta Bachelet, Ana Lya Uriarte, ambas integrantes del círculo de confianza de la mandataria.
Así, tras los resultados, Guillier anunció que el presidente del Partido Socialista y senador electo por el Maule, Álvaro Elizalde, sería el coordinador general de la campaña. Junto con él, el secretario general de la colectividad de la jefa de Estado, Andrés Santander, quedó de titular en el área territorial.
Mientras, en la otra vereda, Sebastián Piñera se vio obligado a reunirse el miércoles 22 con el senador RN y ex precandidato presidencial Manuel José Ossandón tras obtener el 36,6% de los votos, muy por debajo del 43% de lo esperado por su comando. Luego de la cita, el abanderado anunció su compromiso de llegar al 90% de la gratuidad en la educación superior técnica profesional, dando un giro en su posición ante la reforma educacional de Bachelet.
En este contexto, Elizalde volvió el pasado lunes 27 al comité político del oficialismo que realizan habitualmente en La Moneda, entre los ministros políticos, los timoneles de los partidos de la Nueva Mayoría y los presidentes de la Cámara y el Senado. Y el ex vocero de Michelle Bachelet aterrizó con un doble rol: presidente del Partido Socialista y coordinador de la campaña de Guillier.
La cita fue clave para ordenar la línea discursiva con que enfrentarían a Chile Vamos y a Piñera en el balotaje.
"Los candidatos tienen que ser auténticos, tienen que decir lo que piensan y actuar sobre la base de convicciones, y es evidente que el candidato de la derecha se ha opuesto, no una vez, sino que sistemáticamente a la gratuidad", sostuvo el senador electo tras el encuentro con los representantes de los otros partidos del oficialismo y los ministros políticos, Paula Narváez, Mario Fernández, Nicolás Eyzaguirre y Gabriel de la Fuente.
Además, el coordinador de la campaña recordó que previo a la primera vuelta presidencial, los diputados de Chile Vamos habían rechazado la glosa presupuestaria de la gratuidad en el proyecto de la ley de Presupuestos 2018 e incluso habían advertido que irían de nuevo al Tribunal Constitucional para impugnarla. Tras los comicios, sus inesperados resultados y la presión de Ossandón, los senadores de oposición aprobaron la propuesta en la Cámara Alta.
Antes del comité político, la ministra Narváez había arremetido asegurando el domingo en La Tercera que "claramente, Piñera no va a ser recordado por un gran aporte a Chile". En la ocasión, también hizo hincapié en el giro del ex mandatario ante la gratuidad: auguró que "su sector va a tener un problema muy grave" y lo acusó de una "actitud camaleónica".
Con todo, tanto en el comando como en el Gobierno han insistido en que "dentro de su legítimo derecho" darán su opinión sobre "lo que está en juego" en el balotaje, sin usar los recursos del Estado e incluso sin llamar directamente a votar por Guillier.
La pelea por la gratuidad a largo plazo
Todo el despliegue en curso y de cara al balotaje contiene una nueva posible arremetida. Es que en las últimas dos semanas el Gobierno ha trabajado intensamente en las indicaciones que enviarán al proyecto de reforma de educación superior, iniciativa que incluye la gratuidad a largo plazo.
El proyecto se encuentra estancado en la comisión de Educación del Senado, instancia presidida por el senador DC Ignacio Walker. Sin embargo, dada la derrota electoral de Walker y la presión en la oposición por mostrarse a favor de la gratuidad, La Moneda podría apostar por impulsar su aprobación enviando las indicaciones y aplicándole urgencia legislativa.
Este análisis es compartido en parte por el propio coordinador programático de Alejandro Guillier, Osvaldo Rosales, quien advirtió a T13 Semanal que "dadas las volteretas de Piñera, es bastante claro que hoy el Gobierno tiene espacio para ir al Congreso con un proyecto que asegure la gratuidad como ley y no glosa presupuestaria".
Lo anterior fue explicitado incluso por el abanderado, quien en su discurso de relanzamiento de su campaña para el balotaje, pidió el lunes pasado a la Presidenta Bachelet convocar "con urgencia" a la aprobación de la emblemática normativa.
En este contexto, desde el Ministerio de Educación, la Segpres y Hacienda han continuado en el trabajo pre legislativo de las indicaciones, a la espera del reimpulso de la iniciativa en el Congreso.