Hugo Gutiérrez: "Cuando fui a su funeral, supe que mi padre había estado en la Dine"
Por Patricio De la Paz
“Quiero mandar un aviso: yo no leo diarios, veo casi nada de televisión, no veo nada de lo que me postean ni de las opiniones en contra en mi Twitter. Sólo me dedico a hacer mi tuit y ya. Sólo una vez cometí el error de leer un troleo en mi contra: había tuiteado una caricatura de Mafalda, no me acuerdo sobre qué tema, pero era bien inocuo, y recibí una gama de insultos y garabatos, subían y bajaban a mi santa madre. Dije: es insano leer a esta gente, no hace bien. Entonces no leo a nadie”.
Hugo Gutiérrez (56 años, abogado, diputado PC) dice esto sin inmutarse, sentado en una de las salas del ex Congreso en Santiago. Cuesta creerle esa declaración de principios. Sobre todo esta semana, en que él ha estado en el ojo del huracán por sus posteos en Twitter. Lo han criticado desde la derecha hasta el Frente Amplio. También gente anónima indignada. Lo han llamado antidemocrático, payaso, provocador.
-¿De verdad no se ha enterado del revuelo de sus tuits?
-Nada.
-¿Se lo han comentado siquiera?
-Me lo ha comentado la persona que maneja mis redes sociales; él si tiene estómago para leer lo que trolean. Me comentó algunas molestias de algunos seguidores.
-Han sido más que algunas molestias. Diputados UDI pedirán que lo pasen a la Comisión de Ética de la Cámara.
-Si es una o mil molestias créame que no me interesa en lo más mínimo.
-Partió la semana con un tuit sobre lo que consideraba vergonzoso de las elecciones. En primer lugar puso a los “pobres votando por la derecha facha”. ¿A qué se refería?
-Es una respuesta a casos que me tocó ver en Tarapacá. Sobre todo en la comuna de Alto Hospicio, que es bastante precarizada y a la que me he dedicado. Imagínate encontrar personas analfabetas que tuvieron que votar de manera asistida porque no sabían leer ni escribir, y estaban votando por Piñera. Mi sorpresa fue mayúscula.
-Pero ¿calificarlos de vergonzosos? Es ofensivo.
-Mire, yo califico al hecho como vergonzoso, no a la persona. Yo soy abogado, me dediqué a materia penal, y uno juzga determinados comportamientos, no a la persona. En consecuencia, no juzgo a la persona analfabeta, sino al comportamiento que me parece reprochable. También personas indigentes arregladitas a la puerta de la urna, que iban a votar por Piñera. Esos hechos me parecen vergonzosos.
-Después posteó la cita de Facundo Cabral sobre los idiotas: que son muchos y al ser mayoría eligen hasta al Presidente. ¿Por qué pegarle así a los 3.8 millones de personas que votaron por Piñera?
-Mi tuit partía diciendo “ al parecer”. Después de los resultados de la elección presidencial todos quedaron muy perplejos, entre ellos yo. La distancia de votos fue amplia. Todos empezaron a buscar respuesta. Yo lo que encontré más a la mano fue esa frase de Facundo Cabral.
-¿Esa es su explicación de las elecciones? Idiota suena muy fuerte.
-No soy estudioso del griego ni del latín, pero idiota significa gente que se preocupa sólo de lo personal y se desentiende de lo colectivo, de los grandes problemas de la sociedad. A las personas hoy les interesa más tener un plasma que tener salud, un auto más que tener educación. Una persona que sólo piensa en su metro cuadrado y no en los problemas sociales: eso para mí es un idiota.
-¿De verdad no considera agresivo ese tuit?
-La conclusión sería: prefiero decirle a alguien idiota que corrupto.
-Pocos días después, otro tuit suyo. El chascarro de usar una foto de celebración de fútbol como si fuera una manifestación contra Macri. ¿Qué pasó allí?
-Fui dateado equivocadamente por whatsapp y reaccioné de manera errada. Me dijeron: acá el pueblo argentino se está expresando de tal forma. Uno no tiene tiempo de averiguar si todo lo que me mandan es verdad o no. Ahora estoy tomando resguardos.
-Dice que hay una persona que administra sus redes sociales. Pero en su twitter usted toma las decisiones, ¿no?
-En gran medida sí, pero no en un 100%.
-Qué peligroso…
-No. Yo no me complico. La persona que maneja mi Facebook, mi twitter, a veces los whatsapp, tiene sentido del humor como yo. Entonces muchos de sus tuits o lo que sube al Facebook me interpreta y yo lo asumo 100%.
El padre militar
Hugo Gutiérrez piensa que el mar tiene que ver en esto. Que tener el cuero curtido, saber resistir los embates y mantenerse en pie puede tener relación con lo que era costumbre en su barrio iquiqueño de El Morro, donde se gastó la infancia y la adolescencia cerca de la playa. Allí, dijo hace algunos años, “a uno lo tiran al agua cuando nace, rapidito, y se aprende a nadar solo, sin nadie que te enseñe”. Hoy lo mantiene:
“Me crié en un barrio pobre, donde no había profesor de natación y uno tiene que aprender a nadar solito. Y esa práctica genera una manera de enfrentar la realidad. Uno se pone más duro frente a las adversidades. Siempre me he considerado un mono porfiado, que le pegan y siempre se para. Ha sido una constante de mi vida”.
-¿A qué edad aprendió a nadar?
-A los 6 ó 7 años. En el barrio todos los niños sabíamos. Nos tirábamos piqueros donde nadie se los podía tirar. Varias veces salí averiado, con pencazos en la cabeza, rasmillado de pies, de manos, en el pecho. Pero uno aprende y sobrevive.
Se pasaba todo el día en la calle. Su madre, Margarita Gálvez, sólo le pedía que volviera a casa antes de que escondiera el sol. Cuando su hijo tenía sólo unos meses de vida, ella había decidido dejar a su marido que partió a Santiago. A los pocos años volvió a casarse. Ese nuevo esposo, Jorge Valenzuela, fue quien crió al actual diputado desde que tenía tres años. Y quien le dio una hermana, Iris.
“Mi madre es hasta hoy una beata. Católica, apostólica y romana. De misa diaria, muy reconocida en la comunidad católica local. Es una buena mujer. Mi padrastro, a quien llamó papa, es evangélico. Tengo una familia un poquito extraña”, dice Gutiérrez.
-Una familia rodeada de fe, digamos
-Sí, profundamente. Una familia de grandes afectos y muy consolidados principios cristianos. Con esos principios me crié. Soy muy respetuoso de la religiosidad.
-Un diputado comunista con valores cristianos
-Eso soy yo y no lo niego. La rectitud que he alcanzado es gracias a los valores cristianos.
-Usted casi no conoció a su padre biológico, Hugo Gutiérrez Lara.
-Mire, mi padre tuvo la voluntad de mantenerse con mi madre, pero mi madre tomó decisiones sentimentales distintas. Uno no puede enjuiciar esas decisiones.
Gutiérrez padre desapareció de la vida de su hijo, pero mantuvo contacto con la madre. Aportaba económicamente. El hijo sabía que el padre era militar -suboficial del Ejército- pero no se preocupaba de nada relacionado a él, pues nunca sintió su ausencia. El amor paterno se lo daba Jorge Valenzuela. Eso hasta que el 2001 recibió una llamada. Hugo Gutiérrez hijo tenía entonces 40 años y era un conocido abogado en causas de Derechos Humanos. Al otro lado de la línea hablaba Víctor Gutiérrez, uno de sus dos medio hermanos por el lado del padre. El ni siquiera sabía que ellos existían. Víctor le dijo que el padre estaba enfermo, luego de sufrir un accidente vascular. Que sería bueno que fuera a verlos. El encuentro se produjo en la casa del ex militar, que se había jubilado a fines de los 80.
“Tomé contacto con mi padre gracias a esos dos estupendos hermanos que tengo, ha sido un gran fortuna haberlos conocido. A mi padre lo acompañé hasta los últimos tiempos en que enfermó gravemente. Falleció justo para el Año Nuevo del 2003”, dice el diputado.
-Fue ahí en su funeral donde se enteró de que él había sido agente de la Dirección de Inteligencia del Ejército (Dine).
-Sí. Lo supe cuando fuimos al funeral y se leyó su biografía. Como era suboficial mayor del Ejército hicieron toda la fanfarria propia del entierro de un oficial: leen su biografía, tiran las salvas, lo llevan en una carroza especial. Allí dijeron que había pertenecido a la Dirección de Inteligencia del Ejército.
-¿Qué sintió?
-Preocupación.
Sus temores no eran infundados. Así, de sopetón, Hugo Gutiérrez -un abogado que ya se había mostrado implacable en los procesos contra militares involucrados en casos de torturas- se enteraba ese 1 de enero que su padre había pertenecido al servicio de inteligencia de la rama castrense en los años en que la dictadura había ejercido dura represión contra los opositores. Lo primero que hizo tras el funeral fue hablar el tema con sus hermanos.
-Me imagino que lo inquietaba la posibilidad de que estuviera involucrado en algún proceso de violación de Derechos Humanos.
-Sí, eso fue la preocupación. Pero después conversé con mis hermanos, sobre todo con Víctor, quien me tranquilizó. Él había tenido la misma preocupación, lo había hablado con mi padre y le había preguntado derechamente. Y él le había dicho que nunca había participado en estos organismos más complejos como la Dina o la CNI; que su labor había sido de otro tipo. Pero yo no me quedé con eso e hice mis averiguaciones propias. Y efectivamente si hubiera estado en la CNI o la Dina, lo habría encontrado: los conozco a todos desde hace tiempo, de arriba para abajo; también los listados de la Dine. Mi padre no aparecía. Eso me tranquilizó.
-¿Obtuvo información más precisa de lo que su padre hacía en la Dine?
-Se dedicaba a inteligencia exterior… es delicado… tienes que averiguar tú lo que hacía. Pero yo me tranquilicé de las dudas que tenía.
-Entiendo que estuvo en la embajada en Colombia.
-En varias, al parecer. Eso demostraba que estaba en cierta labor de inteligencia externa, que me imagino que las Fuerzas Armadas cumplen.
-¿Por qué nunca ha hablado este tema con su madre?
-Para ella nunca ha sido un tema. Mi madre hizo una opción y ha sido feliz con Jorge. Ambos aún viven en El Morro, en Iquique.
La bronca no pasa
Hugo Gutiérrez tiene seis hijos. “Con tres damas distintas”, precisa. Los dos hijos menores viven con él y su mujer en Iquique. Los mayores viven en una casa que el diputado tiene en Villa Francia, en Estación Central, donde se queda él también cuando está en Santiago.
Hay tres cosas que ha convertido en su marca registrada. La barba frondosa, que usa desde que tiene 23 años. La camiseta debajo de las camisas, siempre y a todo evento; en una costumbre que le copió de los cubanos. Y los suspensores: los descubrió hace años en una oferta de un supermercado en Estados Unidos y desterró para siempre el cinturón. Aunque se podría agregar una cuarta. La rabia.
“Soy un provocador permanente”, reconoce.
Aunque el diputado no habla exactamente de rabia. Él prefiere hablar de bronca. “Estoy embroncado con todos los que que violaron los derechos humanos en este país, eso me hace actuar como actúo. La mejor síntesis es ésta: el Quijote de la Mancha se enloqueció producto de leer libros de caballería; yo de leer tantos expedientes de violaciones a los derechos humanos, me embronqué mucho y he vivido embroncado. No puedo superar ese dolor que causó la dictadura. Todo lo que digo tiene mucho de ese embroncamiento”.
-¿Esa bronca es la que aparece ahora tras las elecciones?
-Esa bronca aparece cuando la primera foto que veo es de gente paseando un monumento de Pinochet, ¿te das cuenta? Eso me interpela muy fuertemente. Me indigna. Vi que esta derecha que está llegando al gobierno no es la derecha liberal que uno espera.
-¿Qué le pasa cuando ve otras fotos que han circulado en estos días: los ministros de Bachelet juntándose con Piñera o la visita que le hizo Lagos?
-Curiosamente eso no me molesta; creo que es parte de una ritualidad propia de una democracia. Que Lagos vaya a hacer un gesto de genuflexión con Piñera no me irrita mayormente.
-Una parte de la DC quiere separar aguas del PC. Carolina Goic desahució un nuevo pacto con ustedes. Dicen que los perjudica. ¿Qué piensa?
-Creo que siempre es más fácil responsabilizar a otros de la derrota propia. Eso de seguir usando al Partido Comunista como chivo expiatorio de lo que a ellos les ocurrió va a caer por su propio peso.
-¿Usted es de los que suscribe que en marzo expira la Nueva Mayoría?
-Creo que la Nueva Mayoría, por respeto a la presidenta, hay que mantenerla hasta el 11 de marzo. Pero yo creo que ya está muerta.
Antes de terminar, hablamos de querellas. Junto a los tuit, éstas son herramientas con las que Hugo Gutiérrez dispara frecuentemente. Es incombustible en presentarlas, una tras otra. Sólo en 2017 presentó una contra Piñera, una contra Jaqueline Van Rysselberghe, una contra el cura Raúl Hasbún. Además cuestionó el ataque sufrido en noviembre por el senador Fulvio Rossi. Lo llamó un mega tongo.
-Una duda: ¿pagó finalmente los $ 2,5 millones del juicio que se abrió por su fallida querella contra Piñera?
-No he pagado nada. Hoy diría que prefiero ir preso antes que pagarle esos dos millones a Piñera.
Sí. Hugo Gutiérrez acaba de tener un ataque de bronca.