La Cámara de Diputadas y Diputados rechazó, este martes, el veto presidencial que buscaba reponer la obligatoriedad del kínder en la educación preescolar. Pese a que algunos aspectos secundarios de la norma que sí fueron aprobados, la norma se entendió por rechazada por no tener sus ideas centrales.
El veto buscaba establecer la obligatoriedad del segundo nivel de transición de educación parvularia, sin embargo, no obtuvo los tres quintos (3/5) necesarios en la cámara baja, tal como había ocurrido en el trámite previo al veto.
Desde el gobierno argumentaban que el proyecto ayudaría a disminuir las barreras de entrada a la educación básica, lo que perjudica a sectores más desposeídos y localidades rurales, sin embargo, no fue respaldado por gran parte de la oposición.
La norma obtuvo solo 78 votos a favor, 61 en contra y cinco abstenciones. Asimismo, se cayó la disposición destinada a promover en dicho nivel, la diversidad, la inclusión y el aprendizaje a través de diversos mecanismos y la norma que ordenaba a los establecimientos educacionales enfocarse en la capacitación y acompañamiento de los equipos educativos y directivos.
Las dos observaciones que sí fueron aprobadas solo consistían en normas transitorias del proyecto de ley. Una de ellas proponía doblar los recursos para mejorar la infraestructura de los establecimientos, y la otra disponía dineros para incentivar la capacitación de los equipos docentes y directivos.
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Reacción del gobierno
Desde el gobierno, el ministro de Educación, Raúl Figueroa, lamentó el rechazo de la norma y aseguró que parlamentarios opositores votaron pensando en las elecciones parlamentarias de noviembre y no por el “bienestar de nuestros niños”.
“Hemos visto la peor cara de la política, aquella que pone intereses personales y mezquinos por sobre el bienestar general de nuestros niños, aquella que prefiere romper consensos fundamentales que están instalados en nuestro país con la pretensión equivocada de obtener rédito político en un momento electoral”, dijo Figueroa, tras el rechazo.
“Chile tenía un mandato constitucional de seguir avanzando en la obligatoriedad del kínder. Tenemos compromisos internacionales que apuntan a tener al menos un año de educación parvularia gratuita y obligatoria. Existe un amplísimo consenso técnico de que es en la educación parvularia donde deben ponerse los máximos esfuerzos”, añadió.