El complejo debut de la derecha en la Convención Constitucional
“No tiene sentido votar”, dijo un convencional de Chile Vamos la tarde de este jueves, pasadas las 17 horas, en la última sesión de la semana de la instancia constitucional.
Un grupo de no más de cinco integrantes de Chile Vamos -entre ellos Luis Mayol y Harry Jurgensen- dejaban el edificio de la sede del Congreso en Santiago donde sesionó por primera vez la Convención Constitucional (CC).
Mientras, a esa hora, la mesa liderada por Elisa Loncon se preparaba para dar inicio a la votación sobre la situación de personas presas durante el estallido social. Había dos declaraciones sobre la mesa con firmas necesarias -al menos 30- para ser votadas: una del Frente Amplio, el Partido Socialista, los comunistas e independientes; y la segunda de la Lista del Pueblo, pueblos originarios y la Vocería de los Pueblos.
Chile Vamos ni siquiera recolectó las rúbricas para que su declaración -que igualmente la suscribieron los 37 constituyentes- fuese votada, pues insistían a esas alturas que ese pronunciamiento no correspondía. “Es entrometerse en las atribuciones de los poderes del Estado”, se argumentó.
Finalmente, la derecha se cuadró votando en contra de las dos declaraciones en línea con esa idea.
El último episodio de la semana es el reflejo del complejo debut del pacto Vamos por Chile en la Convención Constitucional. Su minoría -no alcanzaron ni el tercio de representación- es el principal factor del difícil camino de la derecha para incidir en la redacción de la nueva Constitución.
El cómo enfrentar a la mayoría de la izquierda que, en todo caso, tiene distintas sensibilidades, es parte de la encrucijada que tienen por estos días y que, sin duda, será tema recurrente en los siguientes nueve meses de trabajo constituyente.
Las primeras horas de diferencia con la izquierda
¿Una derecha atrincherada o dialogante?, ese fue el debate previo a la instalación de la Convención, incluso antes de que se produjera la elección en mayo.
Luego de la debacle electoral, dicen sobre todo en sectores de RN, han hecho los máximos esfuerzos por dialogar con todos los sectores moderados de la Convención para tender puentes; justamente para evitar que la derecha termine en la irrelevancia, ya ni siquiera jugando ese rol cuestionado del “dique de contención”.
No obstante, el domingo -el día del juramento- la primera cara que mostró la derecha fue la de mantenerse votando por uno de los suyos en los cargos de la presidencia y vicepresidencia. ¿Atrincherados? Hubo solo algunos desmarques durante esa jornada en línea de mostrar, dijeron, “señales” a los otros sectores de que están dispuestos a conversar, a transar.
Sin embargo, otros se defienden: aseguran que no es que se atrincheraran, de hecho, dicen que muchos estaban dispuestos a votar por los independientes Agustín Squella y Patricia Politzer, pero que estos no lograron sacar más votos que las propias cartas de la derecha.
Luego, vino la polémica votación de este miércoles, donde la derecha acusó arbitrariedad de la mesa liderada por Loncon y Jaime Bassa (Frente Amplio). Marcela Cubillos (independiente, cupo UDI, del distrito 11 de Las Condes) escribió esa misma jornada en cuenta de Twitter sobre la fallida votación para conformar un comité ejecutivo que ayudase a la mesa, en medio del debate que se dio sobre ampliar o no dicha instancia, cuestión que la UDI no respaldaba. “La mayoría conduce la convención a su antojo. Lo habíamos anticipado. Pero igual fue rápido, en la primera votación arbitrariedad completa”, dijo la exministra.
RN y Evópoli, en tanto, estaban por agregar vicepresidencias con el fin de ayudar a una “mejor” representación; sin embargo, el bloque terminó cuadrándose con la idea de complementar a través de un comité. Una diferencia que, en todo caso, desdramatizaron, pues, insistieron, todos terminaron votando en una línea.
La convivencia en RN: ¿se replica la diversidad de su Parlamento?
Si bien el Partido Republicano no logró elegir a ninguno de sus militantes que compitieron en la elección, sí tiene a cuatro cercanos en la Convención; cuatro nombres que ellos propusieron y que, según el acuerdo de enero pasado, los partidos de Chile Vamos cederían sus cupos para esas cartas. Se trata de Teresa Marinovic y Ruth Hurtado, en cupos en RN; y Jorge Arancibia y Pollyana Rivera, en cupos UDI.
Durante la semana, de hecho, se vio que Marinovic y Hurtado trabajaron de cerca con el grupo gremialista.
La UDI obtuvo 17 constitucionales en representación, RN 15 y Evópoli 5, por lo que, en ese sentido, la UDI sumaría dos de ellos a sus filas. Así, las sensibilidades comienzan a marcarse.
Marinovic afirma a T13.CL: “Es lógico que las personas que fuimos en cupo del Partido Republicano nos sintamos afines a la UDI, en todo caso, yo hablo por mí. Históricamente la UDI ha sido un partido con mucha más identidad que RN, la UDI tiene contornos más claros y me parece que quienes vinimos por el cupo de Republicanos estamos más cerca de la UDI que de RN”.
Con el pasar de los días, sin embargo, la mayoría de los integrantes se ha esforzado por mantener una comunicación fluida en el bloque de centroderecha y recalcan que la convivencia, hasta ahora ha sido más positiva que negativa.
La semana, en todo caso, había comenzado con algunas diferencias en el grupo de RN, pues seis de ellos -Luciano Silva, Paulina Veloso, Manuel José Ossandón Lira, Raúl Celis, Roberto Vega y Ruggero Cozzi- se organizaron de manera paralela para tomar distancia del grupo de centroderecha y entregar gestos a la centroizquierda.
Las tratativas de ese grupo generaron molestias al interior del grupo, pues muchos sintieron que la mayoría de los representantes del partido estaban la misma sintonía de “dialogar” con el centro. “Quedamos marginados”, afirmaron.
Los dirigentes, en todo caso, intentaron limar asperezas porque les ronda el fantasma de lo que ha ocurrido en la bancada de RN en la Cámara de Diputados, que ha sido reconocida como “díscola”.
“La derecha debuta mucho mejor de lo que yo creía, con mucha más unidad porque hemos visto que en el último tiempo a nivel parlamentario no ha existido la unidad que debería haber tenido el sector nuestro, pero ahora hay mayor madurez y responsabilidad”, dice a T13.CL el convencional RN Luis Mayol.
La UDI y el liderazgo de exministros
Los liderazgos de Cubillos y del exministro de Sebastián Piñera en su primera administración, Rodrigo Álvarez, dicen en el gremialismo, han sido muy marcados en los primeros días de la Convención en el grupo de la UDI.
“Son personalidades distintas, pero ambos son muy escuchados”, describe un integrante de ese grupo. Álvarez, dicen, es capaz de congeniar todos los puntos de vista y prácticamente, agregan, “maneja” al grupo de constituyentes de la UDI.
Constanza Hube -militante UDI, del distrito 11- también ha tomado un protagonismo en la discusión. La abogada, junto a Cubillos, fue una de las primeras voces en marcar la idea de que ampliar la mesa contravenía la Constitución y el quehacer de la CC.
El miércoles, justamente, ante la polémica de la votación por esa idea, había surgido la idea de que recurrir a la Corte Suprema por el accionar “arbitrario” de la mesa; subrayaban que estaban todos los méritos. Sin embargo, la idea no flotó. El abogado independiente Agustín Squella dijo que hacía un “humilde” llamado a la derecha para seguir adelante con el trabajo de la Convención y evitar recurrir a la Suprema, pues eso podría significar un “debilitamiento interno” de la instancia.
El argumento hizo sentido al interior de la derecha, pues no buscan, dicen, impedir el funcionamiento de la CC sino más bien dejar a la vista todo lo que allí ocurre.
Hay un objetivo mayor, enfatizan, mostrar que el sector puede dar gobernabilidad, sobre todo, en medio de la primera semana “caótica” que se dio en las sesiones de la Convención.
Porque, dicen, inevitablemente todo accionar en la CC repercutirá en las elecciones presidenciales y parlamentarias de noviembre próximo y, a todo costa, el fin es evitar una nueva debacle electoral.
La única fórmula que ven hasta ahora para llegar a incidir de alguna manera es lo comunicacional: instalar sus ideas en la opinión pública y tratar de que estas tomen popularidad. Así, dicen, de algún modo, podrán intentar instalar al menos un par de temas en la CC.