Cuarenta y siete años después del asesinato de Orlando Letelier ordenado por Augusto Pinochet, el presidente Gabriel Boric honró este sábado en Washington al excanciller de Salvador Allende cerca del lugar del atentado, donde condenó "la esencia" misma de la dictadura.
Letelier y su colaboradora estadounidense Ronni Moffitt murieron el 21 de septiembre de 1976 en un atentado con una bomba adosada al auto del político en el barrio de las embajadas de la capital estadounidense.
"No se extingue ni se extinguirá jamás la hora en la que cayeron aquí", donde fueron "alcanzados por el puño de la DINA", la policía secreta de Pinochet, "como parte de una política sistemática de silenciamiento", afirmó Boric.
Letelier "tuvo la valentía de denunciar, habiendo estado preso en el confín del mundo, en Magallanes", que "la represión política era indisociable de la revolución económica desde arriba que estaba impulsando la dictadura", afirmó el gobernante izquierdista.
Algunos afirman que el asesinato fue "un exceso", condenan las violaciones de los derechos humanos pero dicen que hay que reconocer el éxito económico de la dictadura, denunció Boric.
"Son indisociables", sostuvo. "El atentado no fue casualidad, no fue un exceso, fue parte de una política sistemática de silenciamiento", añadió ante un público resguardado de la lluvia bajo una carpa.
"Impunidad"
"Nosotros no condenamos solamente los excesos" sino "la esencia de la dictadura", afirmó el presidente de 37 años, que también arremetió contra "quienes insisten en que el golpe era inevitable".
"Los golpes de Estado nunca son inevitables" porque siempre hay "un espacio para el diálogo", afirmó.
"Hasta el día de hoy hay muchos que siguen en la impunidad" y algunos piden a las víctimas que pasen página cuando en realidad, dijo, "la reconciliación solo es posible con verdad y con justicia, no con olvido".
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Documentos desclasificados por Estados Unidos han demostrado que el asesinato de Letelier fue ordenado por Pinochet y que su subida al poder fue propiciada por la Agencia de inteligencia estadounidense (CIA), que fomentó "un clima golpista".
Boric agradeció la desclasificación de archivos, así como un proyecto de resolución presentado esta semana por congresistas estadounidenses que pide disculpas por el papel de Washington en el golpe de Estado.
"Realmente esperamos que Estados Unidos haga una reflexión, una reflexión más profunda y sé que lo están haciendo" sobre "lo que impulsaron en Chile y en otros países de América latina", dijo en inglés.
Claveles
Entre el público se encontraban varios hijos del excanciller de Allende, incluido el exsenador chileno Juan Pablo Letelier.
"En el pasado y en el presente hay quienes piensan que los conflictos se pueden resolver con violencia. Hoy en Chile todavía hay algunas personas que creen que el golpe fue correcto (...) Es el mismo tipo de personas que irrumpieron en el Capitolio", afirmó Juan Pablo Letelier, en referencia al ataque al Congreso estadounidense en 2021 por parte de simpatizantes del expresidente republicano Donald Trump.
Durante el homenaje algunos activistas repartían claveles rojos y blancos para honrar a Letelier y Moffitt.
Encarnaban "todo aquello que la dictadura quería borrar de la faz de la tierra", dijo Boric, quien también recordó al poeta Pablo Neruda, muerto hace 50 años, pocos días después del golpe de Estado, en "extrañísimas circunstancias".
Boric viajó a Washington procedente de Nueva York, donde asistió a la Asamblea General de la ONU.
En la capital estadounidense pronunció un discurso el viernes en la Organización de los Estados Americanos, que rindió homenaje a Salvador Allende bautizando con su nombre la puerta principal del edificio de su sede.
"Un mundo como el que soñaron" Letelier, Moffitt y Allende "sigue siendo posible", declaró este sábado el presidente chileno.