Por Phillip Durán
El 4 de agosto pasado, a través de una nota diplomática, la Presidenta Michelle Bachelet comunicó el fin del acuerdo suscrito con Bolivia que beneficiaba a representantes oficiales de ese país al no exigirles visa diplomática para ingresar a territorio chileno.
En un oficio que envió al Congreso el pasado viernes 12, la Mandataria señala que “en uso de mis facultades constitucionales decidí proceder a la denuncia del 'Acuerdo entre la República de Chile y la República de Bolivia sobre Exención del Requisito de Visas para los Titulares de Pasaportes Diplomáticos, Oficiales, Especiales y de Servicio, adoptado por intercambio de Notas, de fecha 13 de abril de 1995”.
“Vengo en informar que dicha denuncia se materializó el 4 de agosto de 2016, mediante una Nota”, dice la Presidenta en el documento, quien agrega que concretó el envío de dicha comunicación tras “recibir la opinión favorable” de la Cámara de Diputados y el Senado.
Tras la notificación a La Paz, debe transcurrir un plazo de seis meses antes de que dicho acuerdo deje de ser válido en términos efectivos. Vale decir, a contar de febrero del próximo año, cada vez que un representante oficial del gobierno boliviano quiera visitar Chile, deberá pedir a las autoridades chilenas una visa diplomática. En ese contexto, la Cancillería podrá requerir información sobre las actividades a desarrollar en territorio nacional y decidir, eventualmente, no entregar la visa, prohibiendo el ingreso.
La decisión de terminar con dicho beneficio para las autoridades bolivianas fue anunciada por la Cancillería chilena, a cargo del canciller Heraldo Muñoz, hace un mes, tras el polémico viaje del canciller de Bolivia, David Choquehuanca, cuya visita fue calificada como “privada” por Chile por no informar con antelación su agenda y quien tras visitar los puertos de Arica y Antofagasta denunció incumplimientos del Tratado de 1904, en términos del compromiso de libre tránsito de las cargas paceñas.
