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Política

Municipales 2016: La centroderecha enciende la alerta por el efecto de una alta abstención

Municipales 2016: La centroderecha enciende la alerta por el efecto de una alta abstención
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En la oposición advierten que una baja participación en las elecciones del 23 de octubre puede provocar un golpe más fuerte para el sector, sobre todo al observar lo que ocurrió el 2012, cuando perdieron una importante votación en sus bastiones.

Casi 600 mil personas menos acudieron a votar en 2012 a las elecciones municipales respecto de los comicios del 2008. Era el debut del voto voluntario y a las urnas llegaron 5.790.617, lo que representó una abstención en torno al 60%.

Cuatro años antes la cifra de electores fue de 6.362.130. Ahora, los pronósticos más dramáticos, como el del diputado y experto electoral Pepe Auth, apuntan a un 35% de participación el próximo 23 de octubre y en el mundo político sacan cuentas de cómo impactará el fenómeno de la abstención.

De manera transversal, tanto el gobierno como la oposición están empeñados en hacer llamados y movilizar a los votantes, mientras en las calles hay un menor ambiente de campaña que en elecciones anteriores, producto de las nuevas reglas del juego, con mayores restricciones para la propaganda electoral.

"Los que más se abstienen son el electorado popular, menos politizado y más distante de la política. En la elección anterior esto perjudicó mucho a la derecha", dice Auth y agrega que "el elector de la izquierda-centroizquierda es más movilizable que el de la derecha-centroderecha".

La UDI es un partido que históricamente ha tenido un buen resultado en las comunas populares. Justamente ese votante despolitizado, pero de sectores socioeconómicos más bajos es el que menos concurre a votar
Roberto Méndez

En el diagnóstico coincide el presidente de Adimark, Roberto Méndez, quien sostiene que “probablemente los perjudica en los sectores socioeconómicos más bajos. La UDI es un partido que históricamente ha tenido un buen resultado en las comunas populares. Justamente ese votante despolitizado, pero de sectores socioeconómicos más bajos, es el que menos concurre a votar y más se abstiene y en ese sentido más podría afectar a la UDI”.

Según la última encuesta Adimark, un 52% de los encuestados que se identifica con la derecha como sector político está dispuesto a ir a votar el 23 de octubre en las elecciones, lo que representó una baja de ocho puntos porcentuales respecto del mes anterior. En la izquierda, en cambio, un 60% dice que quiere participar en los comicios comunales.

Los bastiones perdidos

La otra cara son las comunas más grandes, y algunas con mayores ingresos, en que la oposición resiente la menor participación.

De ello se hace cargo el secretario general de la UDI, Guillermo Ramírez, quien asume que “el año 2012 la abstención obviamente que golpeó más a la centroderecha". Su análisis pasa porque "uno ve en qué comunas se produjo una mayor abstención y eso ocurrió en comunas donde la centroderecha es mayoritaria y, por lo tanto, ahí nosotros perdimos más votos que la entonces Concertación”.

La situación se vio en varias zonas a lo largo del país, no sólo en la Región Metropolitana. En la comuna de Viña del Mar, si el 2008 asistieron a votar 136.314 electores, cuatro años después participaron 101.330, casi el 26% menos. En ambas, elecciones triunfó, en todo caso, Virginia Reginato (UDI).

En Concepción, en cambio, el 2008 acudieron a las urnas 95.949 personas (fue electa la UDI Jacqueline van Rysselberghe). Cuatro años después, la participación bajó de forma sustancial, con 74.977 electores. ¿El resultado? La Alianza perdió el municipio después de encabezarlo durante ocho años, y el alcalde electo fue el DC Álvaro Ortiz.

En otras comunas identificadas de manera histórica con la centroderecha, la participación también fue en caída libre. En Las Condes, donde Joaquín Lavín y Francisco de la Maza han sido los rostros del control gremialistapasó de 111.115 electores el 2008 a 91.532 el 2012.

La baja en la participación en comunas donde la centroderecha tiene sus bastiones también se vio reflejada en el retroceso que experimentó la votación de algunos alcaldes emblemáticos del sector.

Varios casos evidencian dicho fenómeno. En Las Condes, el alcalde De la Maza pasó de ser electo en 2008 con 84.625 votos a conseguir su reelección en 2012 con 64.609 sufragios, 20 mil menos. En Providencia, en cambio, Cristián Labbé fue elegido el 2008 con 43.217 votos. Cuatro años más tarde sufrió un revés cuando fue derrotado por Josefa Errázuriz al obtener 29.697 sufragios.

Pero uno de los casos con una caída más significativa es el de Viña del Mar. Del 2008 al 2012, la alcaldesa Virginia Reginato pasó de ser electa con 107.355 sufragios a 61.576, una baja de unos 45 mil votos.

En la misma región, pero en Valparaíso, el UDI Jorge Castro pasó de ser electo con 54.454 votos el 2008 a 40.264 votos cuatro años después.

Los que no irán a votar

Según Roberto Méndez, la abstención “en términos generales golpea más a los sectores de menos educación y menores ingresos económicos, esos grupos muestran menor intencionalidad y menor participación en las elecciones”.

Como muestra, en al menos cuatro comunas de la Región Metropolitana la participación cayó en torno a 20% entre 2008 y 2012. En Lo Espejo, pasó de 42.087 electores a 31.386; San Ramón de 40.583 a 31.887; La Granja 45.258 a 32.869; y La Pintana 46.142 a 38.931.

En grandes comunas la participación también experimentó una importante baja. En Maipú, por ejemplo, de los 135.867 votantes que participaron el 2008, cuatro años después llegaron a las urnas 120.283, mientras que en Puente Alto de 115.818 electores el 2008, la cifra cayó a 96.071 en 2012.

A ello se suma que, a juicio de expertos, los incumbentes se verían más beneficiados en caso de que se dé una baja participación, toda vez que el alcalde en ejercicio ya es conocido y tiene un electorado cautivo, mientras que el desafiante debe darse a conocer y tiene menos herramientas a su disposición.

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