El Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó nuevamente un acuerdo de dos años para una Línea de Crédito Flexible (LCF) para Chile por US$ 13.800 millones, equivalente a 600% de la cuota y que reemplaza a la anterior, de agosto de 2022.
De acuerdo al subdirector gerente del FMI, Bo Li, el mecanismo servirá como “un valioso amortiguador contra los riesgos de cola y una señal de las fortalezas políticas e institucionales” del país.
“Las autoridades siguen comprometidas a tratar el acuerdo de la LCF como precautorio y a reducir gradualmente el acceso, en el contexto de su estrategia de salida, condicionada a la evolución de los riesgos externos”.
Desde el Banco Central precisaron que la nueva línea se considera adecuada como “seguro ante posibles riesgos externos en un entorno global aún complejo”. Además enfatizaron que “es de carácter precautorio y temporal” y que es otorgada a países que tienen fundamentos y marcos de políticas macroeconómicos muy sólidos que dan cuenta de la resiliencia de la economía y de su capacidad para responder a shocks externos.
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El ente rector también destacó que el mecanismo fortalece la posición externa de la institución, junto con complementar las reservas internacionales, que actualmente alcanzan US$ 44.950 millones. De este modo, la disponibilidad de liquidez en moneda extranjera del Banco Central de Chile alcanza una cifra cercana a US$ 67 mil millones (21% del PIB).
Esta no es la primera línea de crédito entre el organismo y el país: en 2020 se accedió a US$ 23.930 millones y 1.000% de la cuota y en 2022 se acordó otro por US$ 18.500 millones y 800% de la cuota. Desde el Banco Central precisaron que en ninguna oportunidad se ha utilizado esta línea de crédito.
Riesgos externos
Según el comunicado del FMI, las perspectivas a corto plazo para Chile han mejorado gracias al repunte de las exportaciones mineras y a la recuperación del consumo. No obstante, advierten que la economía chilena “sigue expuesta a elevados riesgos externos” ligados a la incertidumbre acerca de la tasas de interés más altas por más tiempo en Estados Unidos, la ralentización en China y otros socios comerciales y la intensificación de los conflictos regionales en el mundo.
“En este contexto, las autoridades han seguido aplicando políticas que han resuelto en gran medida los desequilibrios macroeconómicos acumulados durante la pandemia. Las ambiciones de reforma del Gobierno pretenden añadir dinamismo a la economía, haciéndola al mismo tiempo más inclusiva y más verde”, indicó Li.
El informe destaca los esfuerzos del gobierno por agilizar los permisos de inversión, oportunidades en la transición energética mundial y seguir aumentando los ingresos -principalmente mejorando el cumplimiento de las obligaciones tributarias- y reforzar la seguridad social.
“Los sólidos marcos de política institucional de Chile respaldan la resiliencia de la economía y su capacidad para responder a shocks. Incluyen un marco creíble de objetivos de inflación con un tipo de cambio flexible, un ancla de deuda y una regla de equilibrio fiscal estructural, así como una regulación y supervisión eficaces del sector financiero”, señaló.